Casi diez horas, con un rato para almorzar, jugando en un campo de golf una semifinal de un Mundial Match Play es como para que el ganador de este duelo con tres desempates salga con algún golpe de ventaja en la final de hoy, con los 36 hoyos de marras de nuevo en el camino hacia el título. Le ocurrió al inglés Ross Fisher, cuyo nerviosismo en los momentos decisivos tornó en un genial golpe para dejar la bola a pocos metros de la bandera en la cuarta ocasión que jugaba contra Cabrera el hoyo 18 de forma consecutiva.

El jugador que reside en Ascot, con 28 años, pudo con uno de los principales favoritos, el argentino Ángel Cabrera, hombre de peso en el circuito y un veterano de 40 años, amén de vencedor en Augusta esta temporada. Aprovechó el suramericano el nerviosismo del británico en el 17, con uno arriba para el europeo, que pateaba para birdie. Match Point. Si embocaba, adiós a Cabrera. Falló Fisher y lo pagó. Su oponente se sacó de la chistera un segundo golpe magistral en el 18 desde el rough ante el aplauso de los aficionados en esta penúltima jornada del Volvo Mundial Match Play.

No atinó para eagle, pero sí para sumar el birdie, mientras Fisher estaba obligado a colar la bola a más de cuatro metros con un tiro hacia abajo y desde el collarín del green. Complicadísimo.

Tablas. Caía el sol y no preocupaba en principio al jugarse el desempate sólo a un hoyo, de nuevo el 18, pero la guerra entre el británico y el suramericano no se dilucidó en el primer play off. Ni en el segundo. Ahora sí que la luz se iba apagando. A la tercera, la vencida.

Fisher, más sereno que en los últimos hoyos, respiró calmado cuando en el golpe a green, su segundo, dejó la bola en una situación privilegiada para intentar el eagle y, en caso de fallar, tener comodísimo el birdie. Cabrera estaba en el bunker y salió de la arena con estrépito para irse muy lejos del hoyo. Sentencia de muerte tras 10 horas de batalla.

El duelo del morbo, la primera semifinal, tuvo menos historia, a pesar de que en ambos partidos hubo empate tras los primeros 18 hoyos. El estadounidense Anthony Kim, de 24 años e hincha acérrimo de los Lakers, se enfrentaba al experimentado australiano Robert Allenby (38) con el recuerdo de hace 20 días, cuando el primero se paseó ante el segundo en la Copa Presidente. Hubo polémica, luego resuelta, y ahora, tan pronto, estaban frente a frente de nuevo.

El equilibrio, la sintonía pareja de uno y otro en la primera ronda, fue destrozado por Kim en la segunda. Empezó a sacar hoyos de ventaja al aussie al inicio; Allenby se recuperó en el hoyo 5 y empató, pero un birdie de Kim en el 6, un bogey de su rival en el 7 y un eagle impresionante en el 9 -embocó desde alrededor de 90 metros-, con otro birdie como recompensa en el 10, dejaron el partido virtualmente decidido con ocho hoyos aún por jugar y cuatro de margen para el americano de origen coreano.

Kim alargó la distancia con otro birdie en el 12 y, con cinco de renta, cuando ambos hicieron el par en el 14 y estrecharon las manos, pues Allenby sólo podía recortar cuatro hoyos y el norteamericano le llevaba cinco de ventaja.

La rebelión de los veinteañeros se hizo carne y dos de los cinco jugadores menos veteranos del Mundial Match Play buscarán hoy la gloria vestidos de domingo.