España busca abrir en el partido ante Polonia (18:30) de los octavos de final del Europeo 2015 la puerta del sueño olímpico, que es su primer y fundamental objetivo en el torneo continental. Superar la primera fase en Berlín no fue nada fácil. De hecho fue mucho más complicado de lo que estaba previsto y hasta el último segundo del último partido ante Alemania, todo estaba en el alambre.

Ahora, superado el primer obstáculo, la vista está ya puesta en la segunda fase en Lille, adonde llegó en vuelo chárter con los otros equipos clasificados de su grupo, y en el siguiente reto, en Polonia, ya sin margen de error, y en alcanzar los cuartos de final que darían la clasificación, al menos, al preolímpico del año que viene.

Los dos finalistas del Europeo tendrán plaza directa para Río 2016, mientras que del tercero al séptimo clasificados podrán luchar por los tres billetes que asignarán otros tantos torneos preolímpicos. Es decir, sólo un cuartofinalista se quedará sin premio, si bien cabe resaltar que la FIBA se guarda invitaciones para los Juegos.

Con todo, mejor ganarse el pasaporte por derecho. El equipo de Sergio Scariolo no lo ha pasado bien en Berlín. Sufrió en la pista y cayó contra Serbia e Italia, dos de las selecciones llamadas a luchar por las primeras posiciones. "Este equipo no tiene tanto talento de baloncesto como otros años", dijo Pau Gasol, verdadero guía espiritual de un grupo renovado en el que hasta cuatro jugadores (Mirotic, Pau Ribas, Hernangómez y Vives) disfrutan de sus primeras internacionalidades.

Además de todo esto, la defensa es señalada por todos, desde el entrenador hasta el último miembro de la selección y aficionado, como la culpable de que llegaran esos dos tropiezos, más allá del mayor o menor acierto en ataque.

De mejor o peor manera el combinado nacional tuvo que digerir esas dos derrotas y sus carencias en la pista y ahora debe medirse a Polonia con el conocimiento de que, como ante Alemania, ya no hay red de seguridad: una derrota significa la eliminación y la vuelta a casa.

Polonia no parece un rival especialmente complicado. Aunque apenas sirva de referencia, fue el rival en el segundo partido de preparación disputado en Santander que ganó España por 71-64. Los polacos tienen de todo pero en pequeñas proporciones. Tienen un gran pívot NBA de 2,11 metros, Marcin Gortat (Wizards), y también un gran base creativo y anotador como AJ Slaughter. No le falta un buen tirador y anotador, como Waczynski (Obradoiro), el máximo encestador de su equipo en la primera fase. El resto de jugadores tienen un buen nivel, pero están un escalón por detrás de los referidos.

La selección española parece superior en todas las facetas. Pau Gasol vence en cualquier comparación con Gortat y los Sergio, Rodríguez y Llull, juntos y por separado, parecen por encima de AJ Slaughter. Los lanzamientos son cuestión de inspiración ofensiva y de trabajo defensivo.

Los jugadores españoles han repetido hasta la saciedad que el problema es defensivo, de coordinación, de comunicación y que cuando han hecho las cosas bien se han retroalimentado en ataque, porque "correr es más fácil cuando defiendes, provocas el fallo del rival y coges el rebote". El partido contra Alemania puede suponer un antes y un después. Se logró la clasificación en el último suspiro después de mejorar el juego, al menos durante muchos minutos. En Lille no habrá segundas oportunidades y si España quiere abrir la puerta del sueño olímpico tiene que hacerlo con determinación, con energía y con buen juego.