Racing y Marinaleda protagonizaron ayer uno de esos soporíferos partidos en los que ninguno de los dos contendientes muestra capacidad para anotar, de modo que tiene que ser un penalti riguroso (término castellano que, en esta acepción, se torna sinónimo de dudoso) el que marque la diferencia.

La tragedia se mascó, pues, en el minuto 49, cuando el onubense Rodríguez Varela consideró que Jesuli había zancadilleado, con toda su aviesa intención, a Martín, en esa zona, rondante del vértice del área grande, lejana a la portería. El público esperaba un milagro de Ismael, portero en ascenso, pero José Manuel destrozó cualquier intervención humana o celestial con un disparo fuerte, por la zona superior central del marco.

Hasta entonces, el Portuense, con numerosas bajas en defensa, y un dibujo que ofreció a un cumplidor Jesuli como central, había hecho lo que podía, falto de inspiración en la que a la postre sería su peor actuación de la presente campaña. Frente a un conjunto sevillano que había limitado toda la primera parte a envíos largos que sus atacantes no aprovechaban, Molero salvó un tiro de Isaac (5'), otro de Alberto (21'), uno de Álex Expósito (39') y, en su acción más meritoria, un cabezazo de Nene a centro de Piñero (44').

El público se fue al descanso algo cariacontencido, pendiente de lo que ocurriera tras la reanudación en una contienda que olía a cualquier cosa menos a épica. Entonces fue cuando sucedió el penalti y el guión se envenenó.

Los rojiblancos no consiguieron dominar el juego y los sevillanos se dispusieron a contraatacar, beneficiados por un marcador que le es poco habitual. Lolo Prado no llegó a contactar un envío desde la banda (53') y Nene disparó alto (57') en la que resultaría la ocasión más clara de todo el choque.

Los racinguistas lo intentaron hasta el final, pero faltaba el talento de otras ocasiones y, por si todo no fuera ya suficientemente complicado, el inglés Dale vio su segunda amarilla cuando restaban diez minutos para la finalización.

El Racing, inmerso en una peligrosa tónica de perder ante los rivales de abajo (ya le ocurrió con el Peña Rociera) se queda a cuatro puntos del descenso y mete al Marinaleda en el mapa. El alcalde sevillano, Juan Manuel Sánchez Gordillo, abandonó feliz la tribuna del Cuvillo: sus paisanos llegaban cercanos a la catástrofe y se marchaban fuera del descenso, en el que habitan Murallas, Cádiz B y Conil, cada uno con 11 puntos, muestra de que nadie se entierra en el abismo.

portuense: Ismael, Josh Dale, Jesuli, Juanma Reyes (Dani Cadena, 69'), Isaac, Alberto (Rober, 55'), Luis Castillo, Lolo Prado, Piñero, Nene y Álex Expósito (Tom Corner, 55'). marinaleda: Molero, Martín, Moyano, González, Manolo, José Manuel (Pablo, 90'), Xisco, Juanjo Pino (Tirado, 78'), Pascual, Vázquez y Palop (Bubu, 70'). Árbitro: Rodríguez Varela (onubense). Mal. Amarillas a los locales Jesuli y Dani Cadena y a los visitantes Moyano, J. Manuel, J. Pino, Vázquez, Xisco y Tirado. Roja a Josh Dale (83'). Gol: 0-1 (49') José Manuel, de penalti. Incidencias: 400 espectadores en el Cuvillo.