álvaro Cervera alcanzó el pasado sábado, en la cita con el Huesca, cinco meses y medio después de su llegada, los 25 partidos oficiales como entrenador del Cádiz en un recorrido que ofrece un balance global de diez victorias, ocho empates y siete derrotas. En una hipotética traslación a puntos, esa cuenta de resultados se hubiese traducido en 38, la mitad de los 75 dirimidos. De ese saldo destaca que el equipo amarillo sólo perdió siete encuentros bajo el mando del técnico del ascenso. Sobresale además que en 12 envites (casi el 50 por ciento) la portería quedó a cero en una clara demostración de la importancia que da el preparador al esfuerzo colectivo en tareas defensivas. El Cádiz marcó 22 tantos y recibió 21 en esos 25 choques divididos en cuatro partes bien diferenciadas: cuatro duelos del anterior campeonato de Liga, seis de la fase de ascenso, 13 del actual torneo de la regularidad y dos de la Copa del Rey del presente ejercicio. Diez en Segunda B y 15 en Segunda A conforman la trayectoria provisional de un técnico que, después de sacar a la entidad del lastre que suponía formar parte del escalón de bronce, afronta el objetivo de la permanencia en la categoría reconquistada.

Cervera sustituyó a Claudio Barragán a falta de cuatro jornadas para el epílogo liguero de la campaña 2015/16 y, pese a que dispuso de muy poco tiempo, fue suficiente para impulsar al club a la categoría de plata cuando entonces parecía una misión imposible. El aterrizaje forzoso de Cervera se produjo en una situación complicada, con un equipo embarrado en una dinámica negativa aunque sin llegar a perder el tren del play-off, al que accedió como cuarto clasificado. El nuevo míster centró su labor en preparar al equipo para la fase decisiva mientras las sensaciones en los capítulos finales de Liga no apuntaban a una reacción.

El Cádiz cayó (0-1) en casa frente al Mérida en el estreno del entrenador y después empató (0-0) en Jumilla antes de volver a tropezar (0-2) en el Ramón de Carranza ante el UCAM Murcia, campeón del grupo IV. Con el cuarto puesto asegurado pese a todo, el conjunto gaditano se quitó un peso de encima en la última jornada con un triunfo (0-1) en Jaén sin efectos matemáticos pero fundamental en el aspecto anímico para encarar los exigentes exámenes finales. Fue la primera victoria de la era Cervera justo antes de la transformación de un equipo que firmó una fase de ascenso inmaculada, resuelta con un empate y cinco partidos ganados de manera consecutiva para dejar en la cuneta a Racing de Ferrol, Racing de Santander y Hércules de Alicante. El responsable del banquillo fue capaz en poco tiempo de dotar a los jugadores de los argumentos necesarios para lograr un éxito sin precedentes porque hasta entonces nunca había subido un cuarto con el actual sistema de eliminatorias. La consistencia se labró sobre la base de unos futbolistas implicados en el trabajo defensivo que supieron aprovechar sus oportunidades en ataque. Las posibilidades de éxito pasaban por no recibir goles -sólo un tanto en contra los 360 minutos del play-off- y el guión elaborado por el técnico se cumplió a rajatabla.

En apenas dos meses, Cervera consiguió lo que no habían logrado siete entrenadores durante seis años de larga estancia en Segunda División B. Después de diez duelos en la categoría de bronce, el regreso del Cádiz a su hábitat natural propició la renovación automática del considerado como uno de los artífices -si no el que más- del ascenso.

Con un plantilla nueva en su mitad -permanecen 12 del curso pasado, incluido Garrido, y se incorporaron 14 caras nuevas-, el cuadro gaditano ya conoce la dificultad que entraña LaLiga 1|2|3, marcada por la igualdad y en la que hay candidatos para el ascenso (Levante, Oviedo, Zaragoza, Rayo Vallecano...) pero no para caer al precipicio. Cervera ya ha pasado por algún momento delicado en el banquillo cuando el Cádiz se metió en la zona de descenso al acumular cinco semanas seguidas sin ganar, con sólo tres puntos sumados de los 15 disputados.

Las dos victorias consecutivas -contra Lugo y Huesca- dan valor a las tres igualadas anteriores y los amarillos encadenan cinco jornadas sin perder, con una cuenta de nueve puntos embolsados de los últimos 15 para un total de 17 que sitúan al Cádiz en una zona media a caballo entre el ascenso y el descenso. Ahora está a tres puntos del éxito y del fracaso, aunque todavía queda mucha tela que cortar. Cervera llega a la cifra redonda de 25 partidos con la estabilidad que otorga ese par de triunfos recientes pero consciente de que el empleo de entrenador es de los más inestables del mercado laboral. Los resultados son los que mandan y si éstos acompañan, Cervera estará en disposición de superar el medio centenar de partidos oficiales con el Cádiz si permanece en el banquillo el crepúsculo de la temporada. En ese caso, alcanzaría los 54 encuentros siempre y cuando el equipo no acabase entre la tercera y la sexta posición. Si eso ocurriese, aumentaría la cifra de partidos en plena batalla por el ascenso.