José Julián de la Cuesta encendió ayer una mecha que llevaba algunas semanas demasiado cerca de él por culpa de su suplencia en las últimas jornadas. El defensa colombiano exteriorizó ayer todo lo que lleva dentro y que le está afectando en el plano personal y profesional. El zaguero dijo sentirse engañado por los anteriores dueños del club, aseguró que su situación "es insoportable" y reconoció haber dado orden a su representante para que le gestione su salida de la entidad cadista. Sin duda, la polémica está servida.

De la Cuesta empezó su queja con bastante diplomacia, aunque a medida que avanzó en el tema se fue calentando. "Las decisiones las toma el míster y hay que respetarlas, pero no las comparto", explicó antes de asegurar que "son mentiras decir esos comentarios de que hay ofertas". "Nadie me ha dicho nada en el mercado de invierno".

El defensa indicó que había dialogado con su agente, "para decirle que el agua ya ha rebosado el vaso y que a ver si podemos arreglar mi salida". "Se me vendió un proyecto y una ilusión con otra gente y ahora me veo en Segunda y sin jugar. Podría estar en el Valladolid", puntualizó con bastante enfado.

De la Cuesta entiende que se siente maltratado: "Llevo aquí cuatro años y merezco ser respetado. No se cuenta conmigo y pienso en una salida, vendido o cedido. Es insoportable, me siento engañado por la gente que vino porque se me vendió un proyecto. Ellos se fueron y yo soy el que me he quedado".

Para acabar, reconoció cierto arrepentimiento por no haber utilizado las mismas armas que Jonathan Sesma. "Me entran dudas sobre si mi comportamiento fue el adecuado. Sesma hizo lo que hizo y al final salió", concluye.