suecia-inglaterra

El fútbol vuelve a casa

  • Inglaterra se mete entre los cuatro mejores en un Mundial 28 años después

  • El equipo sueco es inferior y, cuando crea peligro, se topa con el portero Pickford

Maguire se levanta por encima de la defensa sueca para hacer el primer gol.

Maguire se levanta por encima de la defensa sueca para hacer el primer gol. / FELIPE TRUEBA / efe

Dos goles de Harry Maguire y Dele Alli sirvieron para que, veintiocho años después, Inglaterra vuelva a jugar una semifinal de un Mundial de fútbol, tras derrotar este sábado en el partido de cuartos a Suecia (0-2), en Samara, donde el equipo de los Tres Leones se reencontró con su historia.

Inglaterra, campeona del mundo en 1966, casi siempre candidata a todo y acreedora a nada, ha vuelto, quizá en el momento menos esperado, a la elite del fútbol mundial. Y el próximo miércoles jugará, en el estadio Luzhniki de Moscú, el mismo que albergará el partido decisivo, el 15 de julio, la semifinal contra el ganador del Rusia-Croacia.

El fútbol vuelve a casa ("Football's coming home"). Tal y como rezaba el himno de la Eurocopa del 96, que Inglaterra organizó con el exiguo botín de una semifinal en la que cayó ante Alemania, en los penaltis. En la que el lanzamiento decisivo lo falló su actual seleccionador, Gareth Southgate, absolutamente redimido de ese error con lo que ya ha alcanzado, merced a un grupo con margen de mejora.

Sin practicar un fútbol espectacular, doblegó a la sobria y compacta Suecia; pasó a la semifinal y desencadenó el delirio en Inglaterra, donde la cerveza fluye en unos pubs cuyas televisiones repetirán una y mil veces las imágenes en blanco y negro de Bobby Moore alzando, hace 52 años, el trofeo Jules Rimet, en Wembley.

Emil Krafth, por el sancionado Mikael Lustig, y Sebastian Larsson, de vuelta tras su partido de sanción ante Suiza en octavos (1-0), fueron las novedades de Suecia, con su dúo de centrales, Victor Lindelöf y el capitán Andreas Granqvist, una línea medular de cuatro; y sus dos puntas habituales, Marcus Berg y Ola Toivonen.

Southgate repitió el once que sacó contra Colombia, eliminada en los penaltis: Ian Walker, John Stones y Harry Maguire formando trío de centrales; con Kieran Trippier y Ashley Young de carrileros; el centro del campo para Jordan Henderson, Dele Alli y Jesse Lingard; y Raheem Sterling y Harry Kane, máximo goleador del torneo, en ataque.

Fue Kane, faro del Tottenham de Mauricio Pochettino, el que lanzó el primer (tímido) aviso, en el 18, con un tiro que salió por la derecha de la portería de Olsen. En un primer acto poco espectacular en el que Inglaterra fue la que más propuso, para adelantarse a la media hora, gracias a un gran testarazo del 'gigante' Maguire (1,93 metros) que les hizo probar de su propio jarabe de juego aéreo a los suecos, tras un córner desde la izquierda lanzado por Young.

Suecia apenas aportó un centro-chut desde la izquierda de Forsberg, su jugador más creativo, en el 42, poco antes de que Sterling, en tres ocasiones, pusiese en jaque a la zaga nórdica. En la más clara, Olsen metió una mano de oro, poco después de que fuese Lindelöf el que desbaratara la acción del atacante del Manchester City.

Lindelöf, que juega desde el pasado curso en el otro equipo de Manchester, el United, nació el mismo día en el que la 'pentacampeona' Brasil festejaba el cuarto titulo, tras los penaltis y ante Italia, en el Mundial de Estados Unidos de 1994. En el que Suecia, finalista en casa en 1958, celebró su mejor resultado desde entonces en este torneo, al acabar en una meritoria tercera plaza.

Exactamente 24 años después de su última semifinal, Suecia, primera del grupo en el que México acabó segunda y la última campeona, Alemania, se fue para casa; tenía, también, tras eliminar a Suiza, una oportunidad de oro de reencontrarse con su historia.

Siempre mejorando en las segundas partes en este torneo -en las que habían marcado cinco de sus seis goles-, los hombres de Janne Andersson dispusieron de su ocasión más clara nada más reanudarse el juego, en remate de cabeza de Berg que hizo lucirse a Pickford.

Pero lejos de echarse atrás y dedicarse a especular, Inglaterra, que había jugado su última semifinal en el Mundial de Italia 90, no pretendía cederle el privilegio de acceder al penúltimo partido a su rival. Un perfecto centro de Lingard, en el 59, sirvió para que Dele Alli, de nuevo de cabeza, batiese por segunda vez a Olsen.

Suecia reaccionó, pero Pickford le dio la razón a Gareth Southgate, que confió en él, desviando una ocasión clara de Claesson.

Ahí acabó todo e Inglaterra vio como volvería a acceder a una semifinal de todo un Mundial.

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