El reciente desembarco en el Parlamento germano de un partido ultraderechista por primera vez en más de medio siglo no ha dejado indiferente al mundo del deporte, que ya está preparando una postura firme con la que hacer frente a la formación de tintes xenófobos Alternativa para Alemania (AfD).

"El deporte tiene un efecto altamente integrador. Debemos tratar de preservar esta fuerza integradora de los ataques racistas", recalca Dagmar Freitag, presidenta de la comisión parlamentaria de Deportes.

La política socialdemócrata, lejos de amilanarse ante el éxito electoral del AfD, que logró colocarse como tercera fuerza en las elecciones del pasado 24 de septiembre, aboga por que el resto de partidos políticos se unan para evitar que la ultraderecha pueda conquistar la comisión de deportes del Bundestag. "No creo que puedas esperar esto de nuestros equipos, en cuyo seno hay deportistas de diverso origen, color y religión. Los racistas no pueden jugar un papel positivo en el deporte", insiste Freitag.

Sus palabras no son casuales. Una de los cabezas de cartel de AfD en las pasados comicios legislativos, Alexander Gauland, causó gran indignación cuando el pasado año se refirió de forma despectiva al defensa de la selección Jerome Boateng, nacido en Berlín de padre ghanés y madre alemana. "La gente lo considera un buen futbolista, pero no quiere tener a Boateng como su vecino", señaló Gauland al diario Frankfurter Allgemeine Zeitung sobre uno de los numerosos jugadores de la selección alemana con origen extranjero.

No fue el único miembro destacado de AfD que generó la polémica hablando del combinado nacional. Beatrice von Storch, eurodiputada de la formación ultraderechista, escribió un mensaje en su perfil de Twitter durante las semifinales de la Eurocopa de 2016 que fue condenado por la opinión pública. "Quizá la próxima vez debería jugar de nuevo la selección alemana", indicó en lo que se percibió como un ataque a los jugadores con raíces extranjeras.

El esgrimista Max Hartung, portavoz de los atletas del Comité Olímpico Alemán (DOSB), pidió que el AfD abandone los postulados ofensivos y de carácter xenófobo y se comprometa a "hacer frente a cualquier tipo de discriminación y de racismo".

Una opinión que también comparte el presidente del DOSB, Alfons Hoerman, recalcando que el Comité Olímpico Alemán combatirá todo tipo de tendencias ultranacionalistas. "Para nosotros, en el deporte, lo importante no es de dónde viene una persona, sino lo que quiere lograr y que está preparado para hacerlo", añade.

Los temores, por ahora, se centran en los mensajes que puedan llegar desde el otro lado del Atlántico. Freitag alerta de que AfD podría sentirse alentado por las declaraciones del presidente estadounidense Donald Trump, quien recientemente ha atacado a la NFL porque algunos jugadores protestan contra el racismo cuando suena el himno nacional.