El Alavés, más motivado y con más ritmo, goleó al Málaga en un partido sin nada en juego para la clasificación y humilló al colista, un equipo cabizbajo, sin actitud y que rozó el ridículo, hasta el punto que los pocos aficionados que fueron a La Rosaleda abandonaron el campo antes del final.
Un centro del joven debutante Víctor López, con errores simultáneos de varios jugadores del Málaga, hizo que el balón llegara a Manu García, que con un disparo raso batió a Andrés Prieto. El Málaga no despertó del letargo tras el 0-1 y la afición acabó pitando.
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