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El Unicaja abate al campeón

  • Un extraordinario partido del equipo malagueño le da una concluyente victoria sobre un Real Madrid que siempre fue a remolque Actuación coral de los jugadores de Plaza

Un gran Unicaja de Málaga bajó a la tierra al Real Madrid, el campeón de todo la pasada temporada, en un partido eléctrico que augura grandes enfrentamientos entre ambos este año y permite a los malagueños soñar con su primera Supercopa Endesa, para lo que tendrá que vencer al Barcelona en la final.

Los primeros veinte minutos de la segunda semifinal regalaron a los espectadores un gran espectáculo en el Pabellón Martín Carpena, donde se vio un baloncesto de alto voltaje impropio del primer partido oficial de la temporada.

Desde los primeros compases, la lucha estaba bajo aros, donde saltaban chispas por el rebote. El Real Madrid parecía arrancar más entonado y empezó a tomar ventajas con un triple de Llull y una entrada a canasta de Jaycee Carroll (2-10, min 4).

Fue entonces cuando despertó el Unicaja, con ocho puntos consecutivos de Will Thomas y una excelsa reacción colectiva que permitió endosar al pentacampeón del curso pasado un parcial de 15-2 que le dio sus primeras ventajas de la noche (17-12).

La velocidad era endiablada y las canastas iban cayendo sin tiempo para digerirlas. El segundo cuarto comenzó con empate a 17 pero entre Nedovic y Kuzminskas, con diez y doce puntos y un gran acierto desde el triple, empezaron a abrir las primeras brechas en el marcador. En el Real Madrid respondían Sergio Rodríguez con tres triples y un gran Felipe Reyes con 14 puntos y cinco rebotes, pero dos nuevos triples del base serbio y el alero lituano del Unicaja subían la ventaja a diez puntos. Tras ir perdiendo por catorce puntos, los actuales campeones del torneo lograron reducir la desventaja al descanso (46-37).

Sin embargo, en la reanudación siguieron sufriendo ante un extramotivado Unicaja. Pablo Laso, con las bajas de Rudy Fernández y Jeffery Taylor, no encontraba soluciones en el banquillo y otro tirón malagueño subía al marcador un 72-52 que prácticamente finiquitaba el partido y hacía que los más de diez mil aficionados que abarrotaban el Martín Carpena se frotaran los ojos.

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