Espanyol y Barcelona librarán hoy una nueva batalla de rivalidad en un duelo de la Copa del Rey marcado por el recuerdo de los sucesos de la ida, tan llena de conductas antideportivas.

El triunfo por 4-1 del equipo azulgrana podría sugerir la celebración de un encuentro más o menos cómodo para el actual campeón de Copa y la resolución sencilla del pase a los cuartos de final, pero nadie en el Espanyol se presta a una rendición sin condiciones.

El 2 de enero arrancó la sucesión de clásicos del fútbol catalán y la bola de nieve fue aumentando. En aquel encuentro de Liga, el Espanyol dio la sorpresa al empatar sin goles ante el Barcelona, que lo acusó de pegar muchas patadas.

El partido de Copa llegó cuatro días después y fue todavía más accidentado. Hubo entradas, empujones y desafíos en el campo. Una vez finalizado el duelo, el enfrentamiento se prolongó en el túnel de vestuarios, con golpes y acusaciones. El resultado fue la sanción de dos partidos para el uruguayo Luis Suárez. Las diferencias se trasladaron luego a las redes sociales.

En los últimos días, ambos clubes se interesaron por rebajar tensiones para procurar un partido más tranquilo, pero ocurre que la hinchada del Espanyol está en armas y alentará a los suyos en la pelea.

Es probable que Luis Enrique, el técnico del Barcelona, no utilice algunos de sus jugadores más polémicos. Con Suárez sancionado, futbolistas como Daniel Alves o Gerard Piqué podrían quedarse en el banquillo.

Por otra parte, el encuentro también parece una oportunidad propicia para que Aleix Vidal y Arda Turan tengan minutos para seguir mejorando su forma. También será el primer partido de Lionel Messi tras recibir su quinto Balón de Oro.

El Espanyol contará con las ausencias del mediocentro senegalés Pape Diop y el centrocampista paraguayo Hernán Pérez, ambos expulsados en el patido de ida. Además, los centrocampistas Víctor Sánchez y José Alberto Cañas siguen lesionados.

"No sé lo que va a ocurrir mañana. Sabemos que el Espanyol tendrá que arriesgar mucho más. Lo demás son cosas que no puedo controlar. Nuestra idea es la de intentar jugar al mejor nivel para acabar imponiendo nuestro juego. Yo me centro en el fútbol", explicó ayer Luis Enrique en rueda de prensa.