Tercera División

Sufrida victoria del Cádiz B (1-0)

  • El filial derrota al Córdoba B en un intenso partido gracias al gol de Jordi Tur

Juanma Pavón da indicaciones desde la banda del campo principal de la Ciudad Deportiva de El Rosal.

Juanma Pavón da indicaciones desde la banda del campo principal de la Ciudad Deportiva de El Rosal. / Lourdes de Vicente

El Cádiz B supera un duro examen ante otro aspirante al ascenso como es el Córdoba B, que ha encajado su segunda derrota en liga a manos de los amarillos. Un tanto de Jordi Tur decantó el encuentro para los de Juanma Pavón, bien asentados en la zona alta de la tabla. 

Tras unos compases iniciales en los que los verdiblancos apretaron arriba para dificultar la salida de balón de su rival, el conjunto amarillo se sacudió la presión y comenzó a mandar en cuanto a posesión aunque tocando desde muy atrás y sin encontrar claras vías de acceso al área contraria. Cuando el centro del campo conectaba con Javi Moreno, Seth o Peter, los atacantes optaban por la acción individual en vez de buscar al compañero, de tal modo que los minutos pasaban sin que la afición presente se pudiera llevar a la boca una sola ocasión potable.

Más allá de la intensidad que se le presume a los filiales, el cuadro visitante tampoco exigía lo más mínimo a Cristian Arco, que sólo tocaba el cuero para iniciar acciones desde la defensa y únicamente observaba señales para preocuparse en un par de internadas de Carracedo por la derecha con centros sin remate.

La lucha en la zona ancha, la pelea en cada balón, se traducía en un juego poco vistoso y cero acercamientos a puerta, hasta tal punto que la primera intervención de uno de los porteros, Llamas, tuvo lugar pasada la media hora en un centro cerrado de Javi Pérez. Y los primeros disparos con cierta intención, cuando la primera mitad enfilaba su recta final. En el minuto 40, Sergio mandó alto desde fuera del área, y en el 41’, Trabazo replicó buscando el marco desde casi 40 metros y Arco atajó sin problemas. Poca cosa.

El descanso se alcanzó con un tiro flojo y centrado de Peter tras un rechace, otro del cordobesista Chuma que se marchó lejos de la escuadra que pretendía y la sensación de que la igualdad en el marcador obedecía al equilibrio de fuerzas y una similar apuesta de los contendientes. Por algo ocupan plaza en la zona noble de la tabla clasificatoria.

Al regreso del vestuario las hostilidades tomaron forma con tempraneros avisos. De entrada, un centro-chut de Trabazo que se envenena y toca el larguero antes de irse fuera. Y a continuación, combinación entre Jordi Tur y Javi Pérez que éste ejecuta, ya dentro del área, contra el cuerpo de un adversario.

Tanto el Cádiz B como el Córdoba B parecían dispuestos a dar un paso al frente, ambos con la línea de retaguardia algo más adelantada y al menos transmitiendo más sensación de peligro en ataque o a la contra.

A la hora de partido, el filial cadista gozó de hasta ese momento la mejor oportunidad, en un balón suelto que Seth no supo aprovechar y un posterior remate de Javi Moreno pegado al palo izquierdo que sacó Llamas. Dos minutos después, en el 62’, Peter ve bien el desmarque de Jordi Tur y éste, solo ante el guardameta, lo regatea para marcar a puerta vacía.

El 1-0 dibujaba un escenario diferente, con los cordobeses obligados a estirarse. Juan Marrero movió ficha de inmediato al sustituir a Arnau Mirambell por Arnau Vega, un cambio al que Juanma Pavón respondió sacando a Chapela en lugar de Javi Moreno.

Una falta botada por Moisés la cabeceó por encima del larguero Saturday cuando el encuentro entraba en sus últimos 15 minutos. El filial cordobesista contestó a renglón seguido con un libre directo de Miguel Ángel que se fue por poco.

Los jóvenes cadistas apretaban los dientes. Había que sufrir y lo sabían. El entrenador del Córdoba B quemaba las naves metiendo a más jugadores de arriba.

Los últimos minutos fueron un quiero y no puedo del equipo visitante, sin ocasiones más allá de centros, ante un Cádiz B que se defendió con disciplina y casta, sin renunciar a la búsqueda de una sentencia que no llegó, por lo que hubo que sufrir hasta el pitido final.

 

 

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