Fútbol | Segunda B

Sorpresa mayúscula en el Iberoamericano: derrota inesperada del San Fernando

  • Los azulinos pierden 1-2 ante el colista, el Malagueño, después de fallar dos penaltis

Bruno Herrero supera a un rival casi sobre la línea de banda.

Bruno Herrero supera a un rival casi sobre la línea de banda. / Román Ríos

Bajada de la nube de sopetón. El Malagueño abrió los ojos a todos aquellos que se los frotaban con incredulidad por lo que estaba realizando el equipo azulino en la presente temporada. De todos era sabido que tendría que llegar el partido extraño, el encuentro donde las cosas no salieran, el choque trampa, ese que se anunció con sapiencia en la previa del enfrentamiento ante los de Manolo Sanlúcar.

Los isleños cayeron en la trampa. Esa que te da la confianza de ver en la clasificación que tu rival es el más endeble del grupo, que haciendo lo que sabes te bastaría y que tarde o temprano se abriría la lata.Pues esta no se abrió. Es más, el abridor lo cogieron los malagueños que golpearon en dos ocasiones la moral por las nubes de los isleños. Bien es cierto que todo fue en contra. Bien es cierto que se fallaron hasta dos penaltis. Y bien es cierto que los isleños tuvieron el esférico mucho más que el rival.

Pero no hay que dejar de ver que este domingo, con diferencia, los de José Pérez Herrera ofrecieron la peor imagen de la temporada. Les faltó intensidad, no encontraron nunca la manera de desarticular el entramado que ofrecían los que dirige desde la banda el de Bornos y no contaron ni con la suficiente profundidad ni con la resolución desde el banquillo.

Pero estas cosas ocurren. Y hay que aceptarlas como vienen. Nada ni nadie puede empañar lo realizado hasta ahora. Nada ni nadie puede dejar de creer en este equipo por un traspié. Nada ni nadie puede dejar de seguir alabando la temporada de un SanFernando que continúa cuarto, en puestos de play-off, y al que hay que recordar, tiene como primer objetivo mantener la categoría, para lo que le queda apenas diez puntos por conseguir.

Lo que pasa es que lo visto en este partido no deja ese grato sabor de boca al que tienen acostumbrados los pupilos de José Pérez Herrera desde el comienzo de temporada y eso siempre deja algo noqueado. Quizás faltó la intensidad esa que ha hecho que los azulinos sean grandes. Esta vez, quizás, la fortuna no se alió con los de La Isla. Pero lo cierto es que no se dio la mejor imagen de los de San Fernando.

El partido comenzó, como cabía esperar, con la presión del equipo azulino sobre el portal contrario. Bien es cierto que esa presión, esa posesión, no se traducía en jugadas de gol, pero el dueño y señor del partido eran los de San Fernando.

Gabi Ramos fue el primero en avisar en el minuto 10 con un disparo que Abqar mandó a córner. Y en la primera llegada de los foráneos, primer jarro de agua fría. Iván Jaime enfrío, de un sopapo, el estadio isleño, aunque la reacción no se hizo esperar.

Dos minutos después del gol, unas manos del propio Abqar en el saque de una falta de Juanje Torrejón en las inmediaciones del área malagueña fueron decretadas como penalti. El primero de los dos que erró el cuadro isleño. Samu Casado adivinó el disparo de Carri y la oportunidad más clara se fue al limbo.

Insistieron los azulinos hasta empatar. Insistieron los azulinos hasta intentar marcharse a los vestuarios por delante en el marcador. Pero la insistencia sólo fue a medias porque la igualad fue el resultado del primer tiempo.

En la segunda mitad los de Pérez Herrera, y eso no se les puede quitar, lo intentaron siempre. En el 51’ Pau Franch era derribado al intentar peinar un saque de banda y llegó el segundo penalti, ese que Samu Casado volvió a repeler, en esta ocasión, a Pablo Sánchez.

El segundo gol dejó helado al estadio y, hasta el final, los isleños lo intentaron con más corazón que cabeza, con muy poco acierto, y los malagueños se dedicaron a nadar y guardar la ropa, no sin dar varios sustos en los contragolpes.

Revés que hay que asimilar, saber digerir y seguir adelante.

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