El piloto español Dani Sordo (Citroen) concluyó líder la primera etapa del Rally de Cataluña, penúltima prueba puntuable para el Mundial, aunque su resistencia podría quedar hecha añicos hoy por el empuje de su compañero, Sebastien Loeb, aspirante al título, y que se encuentra a sólo 1.6 segundos del cántabro.

El líder del Mundial, el finlandés Mikko Hirvonen (Ford Focus), se instaló en la tercera posición (34.2 segundos del líder), bien por una estrategia conservadora para lanzar el ataque definitivo en el Rally de Gran Bretaña o porque, como se ha demostrado en los años anteriores, el Citroen y sus dos pilotos son mejores en asfalto que el nórdico.

No obstante, el piloto finlandés lanzó un pequeño ataque en el segundo bucle, celebrado con tres tramos por la tarde, aunque sin buenos resultados.

Sordo ganó las cuatro primeras especiales de la etapa (tres de la mañana) con mínimas diferencias respecto a Loeb, que en los dos tramos finales (Querol y Montmell) redujo la desventaja.

Loeb realizó una pequeña variación en la configuración de su coche en el parque cerrado, a la conclusión del primer bucle, y las modificaciones parece que le dieron resultado, todo ello unido a unos pequeños problemas que se le manifestaron en los neumáticos a Sordo, como así explicó al final de las especiales.

La estrategia de Citroen es clara en este rally, donde, excepto que Hirvonen suba a lo alto del podio, vale todo, aunque al final, como ha pasado en las tres ediciones anteriores de Cataluña, Loeb, pentacampeón del mundo, apunta a que acabará ganando el rally y Sordo, que deberá dejar pasar a su compañero por muy bien que le vaya hoy, finalizará segundo.

Ante este potencial final, Loeb recortaría cuatro puntos a Hirvonen y sólo quedaría a uno del finlandés, con la disputa del Rally de Gran Bretaña como última prueba para decidir el campeón; el sexto de Loeb o el primero de Hirvonen. Mientras en asfalto los dos Citroen han vuelto a expresar su superioridad, diferente escenario será el que se encontrará Loeb en Gran Bretaña, donde Hirvonen y su Ford son mucho más competitivos fuera del asfalto.