El entrenador del Cádiz valoró de forma muy positiva la victoria conseguida en el derbi frente al Algeciras y, aunque admitió que el equipo todavía debe mejorar en algunos aspectos, se quedó con la suma de los tres puntos como gran punto de partida para alcanzar futuros objetivos.

"La primera parte ha sido muy buena, intensa, con un ritmo de juego alto", explicó, precisando que "la segunda comenzó igual, marcamos el gol pronto y luego el equipo se fue descontrolando".

Raúl Agné se mostró "contento con el esfuerzo de todos", insistió en que "hay que mejorar" y, preguntado por el Algeciras, respondió apuntando que el conjunto rojiblanco ofreció "dos caras". "Cuando se ha echado adelante, no hemos sabido aprovechar los espacios", lamentó al respecto.

El técnico aragonés puso especial énfasis en la falta de control tras el 1-0. "Con la entrada al campo de Jorge Luque intentamos mejorar en este aspecto pero no lo conseguimos", señaló.

Sobre el condicionante que pudo suponer, tanto para el bloque sobre el césped como para él desde el banquillo, la tempranera tarjeta amarilla que vio Nafti -la tercera en tres encuentros-, el preparador cadista reconoció que "siempre que sucede eso valoras la posibilidad del cambio, sobre todo por el sitio donde juega". Sin embargo, también tuvo que tener en consideración que Martins estaba tocado, por lo que "confié en su experiencia para que aguantara sin ver la roja".

Lejos de lanzar las campanas al vuelo una vez sumados 7 de los 9 puntos disputados, Agné indicó que "ahora es cuestión de valorar qué hacemos bien y qué hacemos mal". "De todas formas -añadió-, sumando puntos siempre resulta más fácil hacerlo".

Tras destacar "el compromiso y la actitud del colectivo", el entrenador se refirió al maleficio de las dos victorias consecutivas en Carranza en Segunda B. "La verdad es que, cuando me enteré, me pareció una bestialidad que el Cádiz llevara 20 años sin lograrlo", concluyó. En realidad, menos barbaridad: eran menos de 12 años.