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Abonado a sufrir (1-0)

  • El equipo amarillo suma su segunda victoria en la Liga, que resulta muy costosa por el empuje del Algeciras en el tramo final Los cadistas perdonan al principio y se encomiendan a Alejandro, que evita el empate

Ganar sufriendo, que se dice. El Cádiz se abona por segunda jornada consecutiva al triunfo mínimo, a trabajar mucho para conseguir poco y a meterse demasiado atrás cuando el reloj enfila el minuto 80. El Algeciras no fue el Guadalajara de hace una semana, ni mucho menos. Los albirrojos no se arrugaron, aguantaron el temporal que asumían les vendría encima y cuando vieron luz al final de su cueva, salieron con armas y personalidad suficientes para que enmudeciera el Ramón de Carranza. La victoria se puede considerar justa por las sensaciones, pero un empate no hubiera sido un disparate por la mejor lectura del derbi a cargo de Manolo Sanlúcar en el tramo final.

Los jugadores del Cádiz mostraron el guión de siempre nada más empezar a rodar la pelotita. Al acoso sobre el rival que tiene como sello esta campaña el equipo amarillo justo cuando comienza el juego, ayer también se le sumaron dos llegadas en los primeros cuatro minutos en botas Juan Villar. Las falló en lo que fue lo más parecido al Cádiz de la pasada temporada, donde curiosamente estaba él. La ocasión del minuto diez también le llegó al onubense, pero la zaga algecirista se la arrebató cuando se la preparaba para fusilar a Romero. El conjunto de Raúl Agné iba ganando en sensaciones a pesar de que el marcador reflejara el 0-0 y que sólo tuviera para atacar la banda izquierda, desde la que Kike Márquez se ganó de manera justa el premio a mejor jugador de la primera parte.

No llegaba el gol que hubiera sido justo a tenor de lo sucedido, pero funcionaban cosas que otras veces no lo hacían, como la salida con el balón a cargo de Fran Pérez, inédito en esta faceta hasta ahora. Lástima que en la siguiente acción cometiera una falta peligrosísima que Javi Chico, el mejor jugador del Algeciras, mandó a la zona del travesaño más próxima a la escuadra. Eso tiene el fútbol; el Cádiz estaba mejor pero la ocasión de mayor peligro la firmó el conjunto de Manolo Sanlúcar. Hasta el descanso fue Kike Márquez el que echó mano de inspiración para probar con lanzamientos en jugadas y a balón parado, donde Agné admite deficiencias en su equipo. El portero del Algeciras estuvo perfecto en todas esas acciones demostrando que este conjunto está bien armando desde atrás. Ayala, con un tiro intencionado, y Javi Chico, con otro en el que se llenó de balón, pusieron el colofón albirrojo en cuanto a llegadas en los primeros 45 minutos. Entre ambos ataques, Antonio Merino quitó el esférico a Villar cuando éste apuntaba con el rifle tras recibir un buen pase de Kike Márquez.

El Algeciras había logrado lo más complicado en el Carranza: aguantar el marcador inicial hasta el minuto 45. Además, sin descomponerse, sin estar encerrado -como anunciaba en la previa Manolo Sanlúcar- y buscando por medio de Javi Chico el área cadista. Pero el fútbol le golpeó donde y cuando más duele. Al minuto de la reanudación Kike Márquez, como si para él no hubiera existido descanso por el elevado porcentaje de participación en el juego que estaba mostrando, colgó en largo para que Villar enganchara una magistral volea. Cierto es que el onubense estaba liberado por su par en una zona que debían controlar Antonio Merino o uno de los centrales. Cayó el primero y se abría un encuentro nuevo, al menos para el Algeciras.

Sanlúcar movió el banquillo para retirar al ex cadista Parada, y el Algeciras dio un paso al frente para incomodar al Cádiz aumentando su intensidad ofensiva. Lo cierto es que se notó porque, salvo chispazos locales a base de contragolpes, los primeros minutos del segundo periodo se disputaron más cerca de Alejandro que de Romero. Agné vio el problema y que costaba tener el esférico en la zona ancha, pero no retiró a un pivote y castigó a Kike Márquez para colocar al cordobés a veces en la derecha y otras como mediapunta alternando con Kike López. Villar, el goleador, encontró acomodo en la izquierda. Con las piezas del puzzle casi colocadas, Luque tenía que entrar en escena para equilibrar fuerzas y ataques. Lo hizo en un sensacional pase a Kike López que el asistente entendió como fuera de juego. Gran protesta y muchas dudas.

Definitivamente el partido se había equilibrado después de que Luque insistiera en iniciar las contras con sus pases precisos que no contaban con el mejor servicio final o la definición adecuada. Con idas y venidas a cada área, cuando esto sucedía hacia la cadista el respetable se acordaba de las ocasiones falladas y de que sólo iba uno a cero. Ni mucho menos estaba muerto el equipo de Sanlúcar, que en cada ataque provocaba inquietud porque el Cádiz no daba un paso al frente y cada vez reculaba más con el problema que eso generaba. El arma que le quedaba a Agné eta Dalmau, un defensa, o el centrocampista Fall. El africano fue el elegido para suplir a un renqueante Mikel Martins. Más personal para la posesión pero todos cada vez más cerca de Alejandro.

El balance del segundo tiempo deja más y mejores ocasiones de los algeciristas, que tuvieron el empate en un testarazo de Melchor a centro de Andújar, demostrando ambos que los futbolistas reservas pueden revolucionar un partido. Aunque aún mejor fue la del 85'; los albirrojos elaboraron una contra muy rápida y vertical que acabó con un chut de Andújar que se envenenó tras tocar en un rival y que el cancerbero cadista sacó en la que ha sido su mejor intervención y actuación en lo que va de temporada.

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