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Fútbol | Primera Federación

El San Fernando merece más que un punto ante el Deportivo (2-2)

  • El equipo isleño se pone por delante y salva los muebles en la prolongación tras la remontada gallega

Momento en que José Carlos anota el 2-2 en tiempo de prolongación.

Momento en que José Carlos anota el 2-2 en tiempo de prolongación. / Quintero / SFCD

El fútbol te lo quita y el fútbol te lo da. Si el San Fernando en las últimas fechas tiene un temor increíble a los minutos finales, a los tiempos de descuento, porque todo le pasaba en ese periodo del partido (llámese remontada del Rayo Majadahonda en el 93’, penalti del Mérida en el 94’ y empate del Coruña en el 47’), en esta ocasión el tiempo de descuento, la prolongación, sirvió para que el fútbol hiciese justicia a medias, porque fue en el 94' cuando, ya a la desesperada, José Carlos puso el alma en un remate de cabeza a la salida de un córner para instalar el empate a dos con el que se llegaba a la conclusión de un apasionante partido. Fue un empate que supo a victoria, pero ya en la frialdad del tiempo transcurrido, lo justo del duelo entre San Fernando y Dépor, por todo lo que conllevó el partido, hubiese sido una victoria de los de Pablo Alfaro.

Y es que el partido se planteaba emocionante, apasionante, vibrante y típico de un domingo de fútbol. Las gradas del Iberoamericano registraban la mayor afluencia de público para ver el duelo entre isleños y Lucas Pérez y los suyos. El tiempo, aunque algo frío por la época en la que nos encontramos, acompañaba con su solecito de invierno. Y la victoria cosechada en Mérida apuntalaban la expectativas de un duelo entre los de La Isla y un histórico, hecho para ascender a base de talonario, con una legión de 24.000 socios en las espaldas y con las urgencias de estar lo antes posible en Segunda A.

Pues en el partido, en muchos momentos, pareció que los aspirantes al ascenso eran los de Pablo Alfaro, y los que afrontaban el choque con el agua al cuello en puestos de descenso eran los de Óscar Caro. Los isleños fueron muy superiores al rival y acumularon ocasiones de sobra para llevarse el gato al agua, para romper todas las quinielas del mundo, esas que señalaban el dos en el casillero.

Pablo Alfaro no se anduvo con remilgos y sacó, prácticamente, todo lo que tenía. Alfonso Martín, como era de esperar, con sólo cinco días de trabajo con sus nuevos compañeros, formó en la medular con Dani Molina que, por cierto, se marcó el mejor partido desde que viste de azul y blanco. Bicho, ex coruñés y deportivista declarado, sería el enganche, y por detrás, los cuatro centrales con los que cuenta el equipo revistiendo la zaga. Las circunstancias y la baja de Luis Ruiz, obligó al técnico maño a poner a José Carlos de lateral izquierdo, desplazándolo de su lugar natural, de central izquierdo, para colocar en su posición a Sergio Ayala. Lo de Farrando de lateral derecho es algo que ha utilizado el entrenador desde su llegada al banquillo y el que quedaba, Rafa Páez, de central derecho, aunque terminó como delantero centro desesperado.

Alfaro, igualmente, está recuperando a pasos agigantados al mejor de los Biabiany, la otra banda quedaba para la promesa Gabri Martínez y en ataque el debut de Dani Aquino que solamente pudo estar en el campo 26 minutos, pero dio muestras de sobra del peligro que lleva.

Con esto empezaron achuchando los de La Isla, que al minuto de dar comienzo el partido ya avisaban de lo que iban a ser capaces de hacer. Dani Aquino, en un visto y no visto, se plantaba en solitario ante Mackay para anotar el uno a cero, pero la mano salvadora del cancerbero gallego lo evitó ante la desesperación de todos. Se volvía la vista atrás y se miraba con recelo las numerosas ocasiones que se fallan en el transcurso de los partidos.

Si algún equipo dominaba, ese era el San Fernando, que había estudiado el partido a las mil maravillas. Los isleños hacían un ademán de presión en todo el campo cuando el Dépor quería sacar el balón desde atrás, para una vez puesto en juego replegarse totalmente en sus dominios. Eso y la defensa adelantada de los de Coruña permitía que las rápidas bandas isleñas tuvieran siempre peligro de cara al marco contrario.

Tras un par de avanzadillas del siempre peligroso Lucas Pérez en el 4’ y en el 15', bien solventadas por la zaga isleña, Farrando probó fortuna desde lejos en el 19’, y en el 35' llegó la segunda y más clara oportunidad del partido. Rubén del Campo se plantaba en solitario ante Mackay y volvía a errar otra gran ocasión de adelantarse en el marcador. Ya los isleños se merecían el dos a cero, pero el primero llegó en el 38', en unas manos de Olabe que fueron decretadas como penalti que lanzó con maestría Biabiany.

Todo hacía presagiar que la primera parte, con justicia, se terminaría con la victoria parcial de los de La Isla. Lejos de la realidad. Un nuevo despiste defensivo, una segunda jugada, un disparo sin aparente peligro desde la frontal y de nuevo las espadas en todo lo alto.

La segunda mitad fue eléctrica. Comenzó con un nuevo error en defensa y tuvo el acompañamiento de una oportunidad para Gabri Martínez que disparó alto. EL dominio pertenecía al San Fernando que buscaba con más ahínco el portal contrario, pero el paso de los minutos desgastaba física y mentalmente a un equipo que vio como en el 61’ un disparo de Lucas Pérez lo repelió la cruceta, que vio como en la jugada posterior a un remate de Biabiany le faltó muy poco para entrar en el marco y que vio como en el 72’ se le anulaba un gol al propio Lucas Pérez por fuera de juego.

El frio se apoderó de Bahía Sur cuando en el 78’ un nuevo error defensivo en las marcas, una nueva pasividad significaba el tanto que ponía por delante al Deportivo. Tocaba la heroica, tocaba de nuevo remar con todo en contra y tocaba darlo todo. Tras varios intentos de remate de Rafa Paéz, ya convertido en delantero centro, llegó la de José Carlos, en el descuento, y la algarabía, la alegría y el bienestar llegaron a Bahía Sur, porque se había hecho mérito para mucho más, pero el empate, ante el todopoderoso Dépor, tenía sabor a victoria.

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