Oro, incienso y mirra para el San Fernando. Y el regalo de Reyes no fue mayor en el Lorenzo Cuevas de Marbella porque los Magos de Oriente no actuaron con toda la justicia que merecieron los azulinos, que se adelantaron dos veces en el marcador, jugaron con un hombre menos desde el minuto 18 y acabaron cediendo el empate en la prolongación ante el empuje local.

Desde el pitido inicial, el equipo que dirige Tito García Sanjuán dejó claro que viajaba con la intención de recuperar sensaciones, retomar el buen camino y confirmar que pretende ser un aspirante a la fase de ascenso también en la segunda vuelta que arranca la próxima jornada. De hecho, los visitantes no se amilanaron por la entidad del rival y abrieron las hostilidades con continuos acercamientos en los primeros minutos. Así, al cuarto de hora Hugo Rodríguez obtuvo recompensa a la propuesta isleña al marcar el 0-1 en una falta directa.

Casi sin tiempo para consolidar la situación o aguardar la reacción de los malagueños, Sandro Toscano vio la cartulina roja directa y dejó a los suyos en inferioridad numérica con todo un mundo por delante. Las cosas se complicaban de forma notable.

Sin embargo, este San Fernando está confeccionado con una pasta especial, sabe jugar y también sufrir. Se puso el mono de trabajo para defender con uñas y dientes el gol a favor y lo consiguió al término del primer tiempo pese a la ofensiva del Marbella, sobre todo en claras ocasiones de Elías Pérez, en el 33', y de Mustafá, en el 37'.

En la reanudación, no obstante, la lógica se impuso de entrada al igualar Samu Delgado en el minuto 51. Lejos de descomponerse, el titular de La Isla mostró madurez. Ayudó a ello el movimiento de ficha desde el banquillo, al salir Pedro Ríos en sustitución de Hugo Rodríguez para tener más control.

Aunque los de casa mantenían la posesión, el buen hacer defensivo del cuadro foráneo le permitía conservar a buen recaudo el punto, sin renunciar a nada si se presentaba la ocasión. Y se presentó en el 82, cuando Francis Ferrón anotó el 1-2 para delirio de los azulinos.

Lástima que en tiempo de prolongación, con el Marbella volcado para salvar los muebles, Javier Añón aprovechó una falta directa para establecer el definitivo 2-2, un resultado justo a tenor de los méritos de unos y otros, y que supone una inyección de moral para los de Tito García Sanjuán. Lo conseguido llegado el ecuador de la Liga no ha sido flor de un día.