Lo del San Fernando CD esta temporada parece el cuento de la marmota, ese en el que la situación se produce una y otra vez. Y es que los de La Isla han tenido, hasta en tres ocasiones en esta campaña, el mismo comportamiento. Los de Stankovic, tras poner sobre el tapete la peor de sus imágenes, lo han contrarrestado en tan sólo siete días con la más grata y sorprendente de las actuaciones y, curiosamente, en dos de las tres ocasiones ocurrió tras un parón, bien por covid o bien por vacaciones navideñas.

Si echamos la vista atrás vemos como los isleños, tras marcarse un partido para olvidar ante el Cádiz B, allá por la segunda jornada de Liga Regular, pusieron toda la carne en el asador en su visita a Sanlúcar, logrando una inmejorable victoria. Pero es que lo mismo volvió a ocurrir tras perder en casa ante el Marino. Siete días después resurgió el conjunto azulino con una gran victoria en casa ante el Tamareceite canario.

Pues bien, tras el pasado domingo no dar señales de vida, perder la creencia en ellos y pensar que la situación era casi insostenible en la actuación que tuvieron ante Las Palmas Atlético en casa, van ahora al feudo inexpugnable del líder y se muestran, sin duda alguna, como el equipo a batir, el equipo que, con el triunfo cosechado, comanda la clasificación, un equipo que fue infinitamente superior a su rival, que desplegó un fútbol digno de una categoría superior y que dejó desnudo a un Algeciras, al que arrebató una primera plaza en la tabla esa que le pertenecía desde la jornada 3 y en solitario desde la 4, dejándole a las claras que los isleños, hoy por hoy, son el más serio de los candidatos a tener adjudicada una de las tres posiciones que dan derecho a seguir soñando con asaltar la categoría de plata y con la que adquieres, por derecho, una plaza en la tan querida Liga Pro en la temporada venidera.

Pero eso sí, no valen relajaciones porque cinco equipos, separados por tan sólo dos puntos, se juegan esas tres plazas. De esta forma, lo que resta de competición puede resultar apasionante y vibrante en todos los aspectos.

Ante el Algeciras los isleños se mostraron contundentes, aplicados, organizados y resolutivos. Además, los de Stankovic contrarrestaron las ansiedades locales, con temple y prepararon el partido a sabiendas de que las necesidades, aunque estaban de ambos lados, eran más urgentes para los de Salva Ballesta que, ya desde el principio quedaron noqueados con la respuesta de los azulinos en el campo.

Así, no tardó en llegar el primer tanto que comenzaba a desequilibrar el encuentro. Biabiany dio muestras que la intensidad del choque nada tenía que ver con la que se puso en liza ante el equipo canario y presionó para robar, para confundir al contrario, y para anotar un cero a uno que abría, de par en par, todas las puertas del choque para su equipo.

Los isleños no bajaron la guardia, ni cambiaron su disposición, tras el tanto y en el 21 la presión a la que supeditaba al contrario terminó con una contra de Hugo Rodríguez que cedió su testigo, como si de una carrera de relevos se tratase, a Biabiany. El remate de éste, en una posición inmejorable, no encontró los tres palos de manera inexplicable. El francés contó con su tercera y clara ocasión en el 25’, pero entonces se encontró con Vallejo.

¿Y los algecireños? Pues en la primera media hora de juego, nada se sabía de ellos, del juego que habían desplegado esta temporada que lo habían llevado a ser un líder sólido. Los de Salva Ballesta se encontraban maniatados, incapaces y desesperados ante la superioridad del rival. Hasta la media hora del inicio no se produjo la primera llegada de los albirrojos por las inmediaciones de un Perales espectador.

En el 33', los de San Fernando terminaron de apuntalar el choque a través de Omar Perdomo que dio continuidad a una nueva internada para disparar e insistir, tras el rechace de un Vallejo que ya nada pudo hacer en el segundo disparo.

El segundo tanto prácticamente finiquitó el choque porque ni los de casa encontraban la manera de hincarle el diente a los foráneos, ni los de Stankovic quisieron hacer más leña del árbol caído.

Por eso, la segunda mitad fue más baja de ritmo e intensidad. Los azulinos parecían constantemente, tener controlada la situación y, por ende, los algecireños se morían en los intentos de acortar distancias en el resultado. Aún así, un remate de Álex Barrera fue atajado con seguridad por Perales en la más peligrosa ocasión de gol de los del Campo de Gibraltar en todo el segundo periodo, en el minuto 54’.

Ya en las postrimerías, bien es cierto que los isleños pudieron ampliar su ventaja ante los continuos espacios que dejaba la retaguardia algecireña que buscaba el gol con intensidad, pero no llegaban ni las oportunidades, ni las ocasiones.

Pepe Bernal puso el lazo al partido en el último suspiro. Tras una contra de tres para dos, Hugo Rodríguez y Raúl Palma hicieron un tuya-mía que terminó con un disparo del jerezano al que pudo responder Vallejo con una gran intervención, pero el rechace, casi sin ángulo, fue aprovechado por el sevillano que se marcó un gol de película, de los que se tienen que recordar, mientras que se pitaba el final del choque.Tres puntos, liderato y goleada en casa del líder. ¿Qué más se puede pedir?