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Rusia reina en un certamen bastante flojo

Las sombras de dopaje aireadas en los últimos meses no parecen haber hecho una grave mella en el atletismo de Rusia, que en Praga volvió a reinar en los Europeos en pista cubierta, como hace dos años en Gotemburgo. Con seis oros y dos platas, Rusia dominó el medallero, aunque con casi la mitad de preseas que en la edición anterior (14). Francia y Gran Bretaña volvieron a escoltar, por ese orden, al equipo ruso.

El público del O2 Arena de Praga rugió de entusiasmo con el inesperado triunfo de Jakub Holusa, al que llevó en volandas en la final de 1.500 del Europeo en sala para batir al gran favorito, el turco de origen keniano Ilham Tanui Ozbilen, con un tiempo de 3.37,68, récord nacional checo.

Ozbilen, subcampeón en la edición anterior, tomó el mando desde el disparo y permaneció en cabeza 1.499 metros. Sólo en el último pagó el derroche. Holusa lo batió por seis centésimas. Con ésta, completa un curioso trío de podios internacionales: plata en 800 en los Mundiales en sala de Estambul 2012, oro en los Europeos júnior de Hengelo 2007 en 3.000 obstáculos y ahora un nuevo oro en 1.500, especialidad en la que también obtuvo un bronce en los Europeos sub 23 de Kaunas 2009.

El británico Richard Kilty aprovechó la descalificación del favorito, su compatriota Chijindu Ujah, por salida falsa, para ganar la final de 60 lisos con su mejor registro del año (6,51), anticipándose a la pareja alemana formada por Christian Blum y Julian Reus, respectivamente. Kilty ya fue la sorpresa el año pasado en los Mundiales en sala de Sopot al conseguir el título tras incorporarse a última hora al equipo británico. Las bajas de Christophe Lemaitre y de Jimmy Vicaut dejaron sin opciones a Francia, la otra gran potencia europea del sprint.

Dafne Schippers volvió a reinar en la velocidad. Siete meses después de hacer doblete al aire libre en Zúrich (100 y 200), se colgó el oro en 60 metros. El 4x400 masculino fue una fiesta de la familia Borlee. Bélgica, con una primera posta de Julien Watrin y el concurso sucesivo de los hermanos Borlee (Dylan, Jonathan y Kevin), arrebató el oro -y el récord de Europa- en el último metro a Polonia (3.02,87).

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