Fútbol sala l Primera Nacional A

Punto final a una gran racha en casa

  • El Virgili pierde con el Jaén su primer partido en el Pabellón del Centro desde que hace un año cediera contra el Melilla

virgili: Juanlu, Carlos, Varela, Tate, Ríos -cinco inicial-, Chipi, Adri, Antonio, Ángel, Wallace, Juan Alberto y Joni. jaén: Sergio, Miguelín, Lucas, Chencho, Ureña -cinco inicial-, Joselillo, Kayser, Vicente, Victor y Miguel. Árbitros: Cejudo Calahorra y Palomino Torres (jiennense). Amonestaron a Chipi, Tate y Varela. Goles: 0-1 (6') Ureña. 1-1 (11') Tate. 1-2 (12') Vicente. 1-3 (28') Lucas. Incidencias: Partido correspondiente a la jornada quinta en la Primera A, disputado en el Pabellón del Centro con muy buena entrada.

El CD Virgili vio rota ayer contra el Jaén su gran racha como local, pues no perdía en el Pabellón del Centro Histórico desde que cediera ante el Melilla en la primera vuelta de la pasada temporada.

Los prolegómenos del encuentro fueron muy emotivos, con la entrega del balón de la final del Nacional cadete, donde el recientemente fallecido Carlos Martínez fue campeón a las órdenes de Juan Carlos Gálvez y Déborah Fernández, y con un minuto de silencio respetado por todos.

Ya en el partido, los primeros compases fueron para el Jaén, que obtuvo premio con el 0-1 en el minuto 6. Los amarillos, a la contra, empezaron a llegar con peligro y empataron en el 11 por medio de Tate. Pero nada más sacar de centro y a la salida de una falta, la estrategia funciona a la perfección para los de Quique, que volvieron a adelantarse.

En la segunda parte, el Virgili salió como en los mejores partidos, a remontar, y creó ocasiones parar ello. Los papeles se intercambiaron: el dominio era local y los contraataques jiennenses. Sin embargo, la falta de acierto en el remate resultó determinante, y Lucas aprovechó una rápida salida visitante para sentenciar.

Porque, auqnue quedaban por delante 12 minutos, el equipo de Juan Carlos Gálvez sólo pudo morir en el intento. El Jaén controló el partido sin demasiados problemas y favorecido también por las dos expulsiones de Varela y Tate, que hicieron ya del todo imposible la deseada remontada.

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