Mourinho se acerca al Real Madrid

Con la resaca del título todavía, Jose Mourinho y el Real Madrid emprenderán hoy la semana clave en las negociaciones que deben llevarle al banquillo. "En principio me quedaré en Madrid. Aún no he hablado con nadie del Real Madrid, sé que el interés existe y yo también estoy interesado en probar cosas nuevas. Además, con esta Champions, mi trabajo en el Inter está acabado", vaticinó Mourinho en declaraciones a la Radio Televisión Portuguesa, horas después de la final de la Liga de Campeones.

Preso de su ambición, el portugués señaló que su potencial salida al Madrid significará un nuevo reto en su carrera: "Ya gané una Champions con el Oporto y también lo hice con el Inter. Ahora sólo quiero ser el primer entrenador en ganar la Champions con tres clubes diferentes".

"Mourinho ha sido el mejor entrenador que tuve. Hemos perdido a nuestro líder: la persona que nos hizo invencibles porque nos convirtió en hermanos", dijo Marco Materazzi. El luso se ausentó del regreso interista a Milán y de la fiesta ante 50.000 aficionados.

Se espera que el técnico portugués se reúna hoy con Florentino Pérez y si las negociaciones siguen su curso, se realizará la presentación oficial seguidamente. El portugués firmará un contrato de cuatro temporadas, con un sueldo anual de 10 millones de euros.

"Mourinho es un tipo que nos hizo creer que somos un equipo muy bueno. El fútbol de hoy cambió y ahora tenemos que defender todos y atacar todos. No sé si es el mejor del mundo, pero nos ayudó a lograr algo único", analizó Walter Samuel, central interista.

El principal obstáculo que el Real Madrid y Mourinho deberán atravesar es el de la rescisión de su contrato con el Inter, ya que tiene una cláusula de rescisión de 8 millones de euros.

La llegada de Mourinho representará un desafío enorme. El portugués arriba al club blanco con la obligación de títulos y con la responsabilidad de acabar con el período reciente de frustraciones galácticas. El recibimiento futbolístico de la afición es una incógnita. El Madrid siempre se decantó por una filosofía lírica del juego, mientras que la apuesta de Mourinho parte de la reclusión en propio campo y la salida al contraataque.