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Mil pases para nada

  • El 'tiquitaca', nuestro otrora envidiado estilo ganador, lleva a la selección al fracaso y a enterrar su leyenda

  • La posesión estéril marca el fin de un ciclo

Los jugadores de la selección española lamentan su derrota sobre el césped del estadio de Luzhniki.

Los jugadores de la selección española lamentan su derrota sobre el césped del estadio de Luzhniki. / javier etxezarreta / efe

Las dos últimas campeonas del mundo, España y Alemania, basaron su éxito en abrumar al rival a través de la posesión y el control. Pero esa fórmula ganadora ha sucumbido ante una idea mucho más simple: defensa organizada y ataques rápidos.

El cambio de orden se atisbó ya en la Eurocopa de 2016, que coronó a Portugal, y se confirmó en el Mundial de Rusia: Alemania se despidió en la fase de grupos con una posesión media del 67%, y España cayó el domingo en octavos de final en un partido en el que dio 1.029 pases, récord en la historia del torneo.

Campeona mundial en 2010, España tuvo una posesión media en Rusia 2018 del 68,5%, más que ningún otro equipo. Pero el duelo del domingo ante la anfitriona -decidido en la tanda de penaltis tras un empate 1-1- evidenció que todo es relativo: tuvo el 75% de la posesión, pero el gol que marcó llegó de rebote y tampoco tuvo muchas ocasiones claras.

"Soy un gran fan del tiquitaca, del juego bonito, pero no hemos visto nada de peligro del equipo español", analizó Cesc Fábregas en la cadena BBC tras el España-Rusia, un partido por momentos soporífero, de ritmo lento y cansino, con cientos de pases horizontales.

"Todo el rato volvían para atrás, posesión, posesión. Creo que era más posesión para defender que para atacar. Y debería ser lo contrario", añadió el centrocampista, protagonista de esa generación española que marcó una época al ganar dos Eurocopas y un Mundial entre 2008 y 2012.

En aquel entonces también brillaba el Barcelona de Pep Guardiola con una idea similar. Y de todo eso bebió la Alemania de Joachim Löw, una selección que reinterpretó la idea para proclamarse campeona del mundo en Brasil 2014. Pero el presente es crudo: ni España ni Alemania, tampoco el Barcelona ganan ya mimando la pelota.

El diario británico The Guardian analizó con especial dureza el adiós de España: "El estilo y la cultura que fueron bellos por momentos, irresistibles en otros, parecen que han llegado a su final".

"La escuela cruyffista-catalana ha dado a España la mejor era de su historia y ha redefinido el deporte en sí mismo de muchas maneras. Pero ya no hay un Xavi, el genio que hizo ese sistema irresistible", recordó el mismo diario.

Si la posesión le sirvió a España para marcar un ciclo histórico, ahora se ha convertido en su mayor enemigo. O las defensas ya saben cómo frenar ese fútbol o simplemente ese estilo ganador sólo era posible con jugadores como Xavi, Xabi Alonso, David Silva o Andrés Iniesta en su máximo esplendor.

"España jugó a lo España, pero careció de pelota filtrada. Más que nunca se notó la ausencia de Xavi", expresó el ex futbolista Diego Maradona.

El mejor partido de España en Rusia fue el que disputó contra Portugal, ante la que empató 3-3 en su debut. Casualmente, fue el duelo en el que menos balón disfrutó el equipo entrenado por Fernando Hierro: un 61% de posesión.

Croacia, Francia y Uruguay convencieron con su juego camino de los cuartos de final, pero no lo hicieron desde la posesión. Croacia tuvo una posesión media del 52,2% y en su mejor encuentro, el 3-0 ante Argentina, disfrutó de la pelota apenas un 42% del tiempo.

Les Bleusacumulan un 49,5% de posesión y Uruguay, un 49,7%. Más exagerado es el caso de Rusia, con una tenencia de balón del 39% media. Pero a tenor de su clasificación para cuartos, pocos critican ahora sus guarismos.

La mayor exhibición ofensiva vista hasta el momento puede que sea el 5-2 de Bélgica sobre Túnez. Es más, ese duelo acabar con un resultado escandaloso a favor de los belgas. ¿Cuánta posesión tuvieron? Un 52%.

Ahora España tiene que preguntarse qué fútbol quiere practicar para recuperar galones a nivel internacional: confiar en la receta que le dio éxito, ésa de la que parece no querer distanciarse por muchas voces que se alcen a favor de ello, o reinventarse y adaptarse.

"Es una cuestión del entrenador que esté. Indudablemente que el camino que nos ha dado éxito ha sido muy marcado", dijo Iniesta sobre el tiquitaca.

"Llevamos muchos años jugando y creando esa filosofía de juego, de posesión, teniendo el control del juego", añadió Sergio Ramos, que pidió no comparar a esta España con la que ganó el Mundial. "Eso sería meter presión", remarcó.

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