Gimnasia artística

Medalla servida en bandeja

  • El equipo femenino chino vence a una accidentada EEUU y da el primer oro a China en la modalidad · Chen Fei, mejor gimnasta local, puso el broche final

Chen Fei, la mejor gimnasta china de todos los tiempos, sumó a su historial un título desconocido para su país, el de campeón olímpico por equipos, que le sirvió en bandeja Estados Unidos, con errores inusuales en el escenario menos oportuno.

Un día después de que la selección masculina china obtuviera el oro, la femenina completó el círculo y dejó a las norteamericanas, vigentes campeonas del mundo, a expensas de lo que suceda en las finales individuales, en las que volverán a encontrarse. Rumanía, equipo campeón en Atenas, baja dos escalones en el podio y se ratifica como dominador europeo, por encima de Rusia, pero lejos de chinas y estadounidenses.

Si Cheng Fei fue la cara de la victoria, la estadounidense Alicia Sacramone encarnó la derrota: su caída de la barra de equilibrios y sus dos salidas en el suelo privaron su país de un título que, cuando menos, podía haber disputado hasta el final.

Ambas comenzaron en salto, aparato en el que Cheng ha sido campeona mundial en 2005, 2006 y 2007. Pero sus 16,000 fueron igualados por la campeona mundial Shawn Johnson. Las norteamericanas se pusieron por delante, aunque ambos equipos por detrás de Rusia, que había comenzado en asimétricas y se benefició del buen hacer de la campeona mundial y europea de la especialidad, Ksenia Semenova.

Luego, en asimétricas, las norteamericanas pusieron el listón muy alto, sobre toda gracias a Nastia Liukin, que asumió los mayores riesgos en las sueltas y en la salida y salió airosa, con un 16,900, la nota más alta dada.

China estaba obligada a mejorarlo. Cheng Fei, que no hizo este aparato, con el papel de entrenadora, aconsejando a sus compañeras e incluso corrigiéndoles el maquillaje antes de empezar.

El momento más esperado en el Estadio Nacional, la doble suelta de He Kexin, la más difícil del circuito, se saldó con éxito y con un 16,850 que colocaba a China por delante a mitad de concurso, aunque con 1,1 punto de margen. Las rusas, mientras, se descolgaron después de que tanto Grebenkova como Pavlova se cayeran de la barra de equilibrios.

En la barra, China amarró nota con la aplastante seguridad de Cheng Fei (15,150), aceleró con el interminable rosario de dificultades de Den Linlin (15,925) y subió un nuevo escalón con los 16,050 de Li Shanshan, bronce mundial de la especialidad.

Alicia Sacramone, primera estadounidense en subir, abrió la lista de errores para su equipo. Se cayó en el mortal de entrada y comprometió seriamente las posibilidades de victoria.

Pero Nastia Liukin y la campeona mundial absoluta Johnson, con un aplomo que no denotaba la situación apurada en la que se encontraban, hicieron cómplice al aparato más difícil y con sus 15,975 y 16,175 lograron que Estados Unidos llegase con opciones al ultimo ejercicio, en suelo.

Sacramone volvió a abrir pista para su equipo y tuvo la desgracia de fallar de nuevo, y dos veces: cayó sentada tras su segunda diagonal y se salió del tapiz en la última. Y no fue la única: también Liukin y Johnson echaron un pie fuera. China no dejó escapar tan clara invitación a ganar. Tras la actuación sin sobresaltos de Deng y Jiang, Cheng Fei tuvo el honor de sólo poner la guinda a la tarta.

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