La apuesta táctica volvió a  funcionarle a Diego Maradona en la victoria de este jueves de Argentina por  4-1 sobre Corea del Sur. 

El equipo sudamericano precisó apenas un cambio respecto al once  inicial del partido ante Nigeriapara modificar su sistema táctico.  El ingreso de Maxi Rodríguez en lugar de Verón suponía  un gran interrogante en los días previos y terminó por transformarse  en un acierto del entrenador. 

Los de Maradona confirmaron su gran estado de forma y poco a poco  comienzan a alejarse de la costosa clasificación en las eliminatorias sudamericanas. 

Argentina abandonó su sistema de 4-3-3 para posicionarse con dos mediocentros bien abiertos, Messi como enganche y Tévez y Gonzalo Higuaín como referencias ofensivas. 

Lo mejor del equipo albiceleste se vio en los primeros 45 minutos.  Con un gran despliegue por las bandas e inteligencia en los relevos,  los dirigidos por Diego Maradona coparon el campo surcoreano y  repitieron el predominio demostrado en el primer partido. 

La figura de Rodríguez en la cancha produjo dos cambios  elementales en el juego argentino. Por un lado, Jonás Gutiérrez  encontró su refuerzo en la marca sobre la banda y dispuso de una  mayor libertad para desbordar en el campo rival. 

Por el otro, Mascherano obtuvo oxígeno en el centro del  campo y se consolidó como el dueño del equipo. Ante la falta de  Verón, de baja por una contractura en un gemelo, el jugador del  Liverpool fue la voz de mando e hizo honor a su cinta de capitán en  el brazo izquierdo. 

Uno de los grandes cambios respecto al primer choque radicó en  Angel Di María. El volante por izquierda fue un fantasma ante los  nigerianos, representó un problema constante sobre la izquierda para  los asiáticos y liberó constantemente a Lio Messi con sus desbordes. 

Los dos goles argentinos llegaron nuevamente por medio de jugadas a balón parado, pero el líder del Grupo B volvió a desperdiciar  demasiadas ocasiones para aumentar la ventaja. 

El gol de Lee Chung Yong en los segundos finales del primer  tiempo provocó una esperable inestabilidsd defensiva argentina en los  minutos iniciales del complemento 

Por momentos, Gabriel Heinze quedó demasiado expuesto en la izquierda y los surcoreanos hasta pudieron remontar la desventaja de  dos goles, de no haber sido por la pésima definición de Yeom Ki Hun. 

La obligación de los asiáticos por recuperar el empate en el  resultado permitió que Argentina pudiera esperar y sentenciar el  partido mediante su inmenso arsenal ofensivo. El ingreso de Agüero en lugar de un exhusto Tevez significó el último ajuste para  una ofensiva letal. 

El jugador del Atlético de Madrid fue protagonista en los últimos  dos goles de Higuaín y dejó en evidencia una sociedad futbolística impecable con Messi en los últimos 20 metros. 

Dos victorias y cinco goles a favor: Argentina volvió a convencer  con su fútbol y se consolidó como una de las selecciones más fuertes  de la Copa del Mundo hasta ahora.