El nuevo seleccionador español de fútbol, Julen Lopetegui, superó las dudas iniciales y aprobó su primer examen con buen resultado para devolver la ilusión a una hinchada que comienza a creer en la resurrección. Los números hablan de tres victorias, un empate, 13 goles a favor y dos en contra en los cuatro partidos jugados bajo el mando de Lopetegui. Pero más allá de los resultados, que importan, quedó la imagen de una España que recuperó su gusto por jugar al fútbol y la armonía dentro del campo.
El encuentro del domingo fue una muestra de lo que ofrece su equipo. Ganó 2-0 en el campo de Albania después de encontrar suficientes recursos -siempre desde las combinaciones de balón y la recuperación- contra un rival que dio una buena imagen en la última Eurocopa y que puso prácticamente a diez futbolistas en su propia área. "Un paso más hacia Rusia", tituló el diario Marca en alusión a su camino hacia el Mundial, mientras As sólo se quejó de que "España remató poco para lo mucho que dominó".
Lopetegui salió reforzado de dos partidos muy difíciles, por diferentes motivos. El jueves su equipo empató 1-1 en campo de Italia después de ofrecer una clara sensación de superioridad durante más de una hora, aunque también desfalleció al final. Y el domingo derribó un kilométrico muro albanés para liderar el Grupo G europeo junto a la propia Italia.
El nuevo seleccionador español llegó al cargo en una época oscura después de que el equipo sumara dos enormes decepciones en el Mundial de Brasil y la Eurocopa de Francia. Los malos resultados sembraron la desconfianza y la desesperanza entre la hinchada, que llegaba de una época en la que el equipo había encadenado el triunfo en dos Eurocopas y un Mundial.
Tampoco Lopetegui era un favorito de la afición en las encuestas. El seleccionador español llegó al cargo por decisión personal del presidente de la federación, Ángel Villar, quien confió en un hombre al que conocía por su buen trabajo en las categorías inferiores de la selección. Sin embargo, sus detractores recordaron su última campaña en el Porto, de donde fue despedido por malos resultados y tensiones con directivos y futbolistas.
Durante las semanas previas a su debut, Lopetegui escuchó debates sobre el estilo, su capacidad de mando en el vestuario, su capacidad para transmitir ilusión... Pero no cabe duda de que en estos días ganó crédito. Para El País, la selección española dio "un estirón tras sus dos salidas más difíciles", mientras que "El Mundo" refrendó la teoría de una selección "reforzada porque sale del peor tramo de la clasificación, las dos visitas a las dos selecciones en teoría más potentes, líder de grupo, y debiendo recibir a ambas, Italia y Albania, en casa". El abrupto anuncio de Gerard Piqué -aseguró que abandonará la selección tras el Mundial de Rusia 2018- opacó la buena trayectoria de un equipo al que Lopetegui administró un plan de choque. De momento, convenció a los más escépticos y reforzó su imagen al frente del combinado nacional. No es poco en tan escaso tiempo.
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