El Linares y el San Fernando no solamente tienen en común sus equipaciones, en las que predomina el azul y el blanco. Ambos equipos padecen desde hace varias temporadas un claro denominador común: el estar en manos de un empresario riojano, concretamente Delfín Cañas. También tienen en común el padecer las promesas incumplidas de éste en la pasada campaña y, por defecto, padecer una tremenda crisis económica que, con seguridad, terminará con daños irreparables en ambas entidades deportivas.

San Fernando y Linares intentan, en estos momentos, paliar el temporal como buenamente se pueda porque han dejado de creer en las promesas de pago de un constructor que, a la larga, ha dejado una huella en el aspecto deportivo que poca solución parece ofrecer.

Así, ambos equipos han padecido un verano atípico, del que los azulinos de La Isla salieron fortalecidos y comenzaron la temporada de manera magistral, mientras que los azulinos de Linares comenzaron la temporada envueltos en mil y una dudas.

Con el paso de las jornadas, los isleños han caído en un profundo bache, del que intentan a toda costa recuperarse, y por contra, los de Linarejos han visto la luz deportiva, que no económica, en las últimas siete jornadas, logrando, en este periodo, cinco victorias y dos empates que le han colocado en una octava posición insuficiente para una afición que vio, el pasado año, cómo su equipo no bajó de entre los cuatro primeros clasificados durante toda la temporada y que estuvo a punto de lograr la hazaña de ascender a Segunda A, a pesar de las trabas que se encontró en el aspecto económico, las mismas, curiosamente, que se encontraron los de tierras gaditanas y lograron abandonar la Tercera División. El partido de mañana es un partido de reencuentro, no en vano los efectivos de ambos equipos se han estado poniendo, durante todo el verano en continuo contacto, porque, sin querer, el futuro de unos, iba ligado al futuro de los otros y viceversa.

Linares y San Fernando, isleños y jiennenses son, por extrañas circunstancias en el mundo del fútbol, dos equipos semejantes, que siguen sufriendo en sus carnes la gestión de quien buscó en el fútbol y no encontró lo esperado.