Betis-Levante · La crónica

El Levante desbanca al Betis del liderato (0-1)

  • El Betis deja el liderato ante un ordenado Levante en un partido marcado desde el principio por las elevadas temperaturas · Los hombres de Mel no crearon esta vez ocasiones claras de gol.

Esta vez salió cruz. El Betis perdió su primer partido como local, el segundo consecutivo después de la racha de cuatro triunfos seguidos, y lo hizo por la sencilla razón de que enfrente tuvo a un rival, el Levante, perfectamente ordenado y que fue capaz de acertar en una de las ocasiones que se le presentaron a los dos equipos. Todo sucedió, lamentablemente, en un infierno por el fortísimo calor que afectaba a Sevilla a esa temprana hora de la tarde y no había más que repasar los rostros de los protagonistas en el tramo final para entender que no hay derecho, por mucho dinero que puedan ingresar con sus fichas, a someterlos a semejante castigo físico.

Si el Betis hubiera ganado ayer por 4-0, sólo hubiera cambiado el signo de la crónica, nada más que eso, pero el resto sería exactamente lo mismo. El negocio televisivo del fútbol puede exigir numerosos sacrificios con los horarios, pero jugar en Sevilla en pleno verano, por mucho que ya se haya entrado en el otoño, a las cuatro de la tarde atenta contra cualquier norma de humanidad. Por supuesto que el calor era el mismo para los 28 futbolistas que se alinearon por ambos bandos, pero esto sólo vale para denunciar un hecho que, desgraciadamente para el Betis, ya le ha tocado padecer dos veces en el presente curso.

Y esas elevadas temperaturas iban a jugar más aún en contra de las huestes de Pepe Mel cuando a éste se le comenzaron a torcer las cosas no más arrancar el litigio. Un balón dividido, un intento de Mario de despejar, acabó en un choque cabeza con cabeza con Kone del que el bético se llevó la peor parte. Un cambio con apenas 6 minutos transcurridos era un lastre muchísimo mayor del que pudiera parecer a esas alturas pues limitaba considerablemente la posibilidad de refrescar al equipo para Mel cuando el cansancio de los suyos así lo exigiera.

Había partido, por lo demás, el Betis con un patrón ligeramente diferente, pues su entrenador optaba por romper esa asimetría que tan excelentes resultados le ha venido dando con un cambio que no resultaría efectivo con el transcurrir de los minutos. Juanma ocupaba el puesto de Salva Sevilla en el once inicial para que el Betis fuera mucho más ortodoxo, es decir, jugara con dos hombres pegados a las bandas como extremos, o interiores en el caso de Juanma. La idea, se supone, era abrirle el campo a un Levante que se siente tremendamente protegido cuando defiende por el centro con su veterana zaga.

El resultado, sin embargo, no se iba a ajustar para nada a lo deseado por Mel, ya que el Betis le dio demasiado terreno a la pareja integrada por Beñat e Iriney y esto facilitó tremendamente las cosas a los visitantes. Iborra y Xavi Torres se hicieron los dueños del eje central, sobre todo en defensa, y desde ahí lanzaron las contras para que Kone, Valdo y Juanlu le buscaran las cosquillas a un Betis tan inseguro atrás como otras veces, pero sin la efectividad arriba que puede justificar que corra semejantes riesgos.

El control del balón pertenecía a los anfitriones, mas su fuego se quedaba en salvas de advertencia más que otra cosa. Disparos fuera del área, algunas faltas, intentos de remate de cabeza con escaso éxito... El Levante, en cambio, amenazaba desde que Kone demostrara en el minuto 9 que el disparo a puerta es su punto débil. El resultado de todo fue el 0-1 en una de las llegadas levantinistas, aunque aparentara esa vez que no llevaba peligro. Pero el disparo de Juanlu se encontró con la colaboración inesperada de Casto y entró. El Betis, entonces, llegó a estar casi noqueado y menos mal que Kone erró un mano a mano con todo a favor.

Tras un paradón de Munúa a Jonathan Pereira, llegó el periodo de intermedio. Quedaba todo el segundo tiempo para arreglar aquello y Mel apostó por un Pozuelo sin la efectividad que muestra en el filial, entre otras cosas porque Ballesteros es algo más que un central de Segunda B. El Betis lo intentó de diferentes maneras, el balón casi lo monopolizó en este segundo acto, pero la realidad es que seguía sin disparar con munición de verdad, el tiempo fue pasando y el Levante se sintió cómodo en su experta defensa. El Betis, extenuado por el calor, ya no podía ni darse prisa para sacar en la recta final. Esta vez salió cruz, pero toca levantarse para la próxima.

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