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Reportaje | Gimnasia Rítmica

Julieta apuesta por la ‘alegría’ para su aventura en Huesca

  • El próximo 10 de noviembre, la gimnasta de 14 años competirá en el Campeonato de España de Base en representación del familiar Club 'Kandela'

Irene, entrenadora, y Julieta en el Campeonato Nacional de Pamplona disputado en abril del 2023.

Irene, entrenadora, y Julieta en el Campeonato Nacional de Pamplona disputado en abril del 2023. / Real Federación Española de Gimnasia

El tiempo no acompaña y el frío de la desangelada Zona Franca contrasta con el calor que hay en una de las numerosas naves que caracterizan al barrio. Calor en lo ambiental y en lo sensacional. Dentro, los accesorios y los atavíos de la Gimnasia Rítmica desperdigados corroboran que ha sido una intensa tarde de entrenos en la que solo quedan cuatro de las más de cien gimnastas que pasan por allí cada semana. Cuatro, las cuatro mejores. E Irene, su entrenadora, madre deportiva (y no deportiva de una de ellas) y vicepresidenta del Club de Gimnasia Rítmica Kandela

Un club privado, aunque quizás sería más adecuado llamarlo 'familiar', con 14 años de antigüedad y que funciona solo de tarde. Empezó siendo un grupo de baile, de salsa más concretamente, pero que evolucionó hasta una mayoría de chicas, y chicos, gimnastas.

Cuándo se hace referencia a lo familiar, alude a la más estricta definición de la palabra, pues la Junta Directiva la componen el marido, su mujer y la hermana de ésta. Gimnastas, que tienen el placer de ser entrenadas por Natalia Herrera, una de las pioneras en traer una medalla nacional a la Bahía, y que complementan sus entrenamientos con ballet, baile contemporáneo e incluso una psicóloga deportiva.

El club compite en cuatro de las cinco categorías federativas, excepto en la absoluta, la más alta, una categoría en la que no tardarán en instalarse. Algunas ya llaman a la puerta. Irene, su entrenadora, cree en el concepto de la formación, que prima sobre la inmediatez de los resultados. "Los gimnastas han crecido y formado aquí. Esto es una familia que te cría desde pequeño", añade. Promesas, precopa, copa y base son las categorías, en orden ascendente. Todas sueñan con los campeonatos nacionales, que comienzan en base, dónde Kandela tiene compitiendo a las cuatro mejores gimnastas de su escuela.

"Nos duele cada niño y la formación requiere un tiempo. Quien quiera resultados rápido o hacer las cosas a su manera aquí no tiene sitio", avisa Irene, que se congratula de que las cuatro gimnastas de base compiten en la escuela desde precopa, dos categorías por debajo. No es sitio de fichajes resultadistas: "Lo que menos miramos para que entre un niño son las condiciones. Tenemos normas sencillas y básicas pero somos exigentes con ellas". Ni siquiera los padres se entrometen en el despliegue deportivo de sus hijos. "El ritmo lo marca el niño, nosotros lo acompañamos y los padres lo disfrutan", aclara.

El calendario marca la cadencia de entrenos y actualmente todos los focos están puestos en Julieta Velázquez, subcampeona de Andalucía en Sevilla, y que competirá el próximo 10 y 11 de noviembre en el Campeonato Nacional de baseEsta competición VIP está reservada para las cinco mejores de cada categoría y comunidad.

Con el ejercicio del Himno de la Alegría, Julieta consiguió un sensacional subcampeonato a nivel autonómico. "No me esperaba clasificarme. Lo llevaba bien trabajado pero no sabía el nivel que había. Fue un regalo competir y clasificarme", reconoce la deportista. Repetirá el mismo ejercicio en Huesca. "Lo bueno no hay que tocarlo", apunta su entrenadora. La gimnasta, de tan solo 14 años, viajará a la localidad aragonesa, sede del campeonato, con Irene y su marido Nono, presidente del club, el jueves 10 de noviembre.

Julieta llega preparada y nerviosa: "El Campeonato de España impone". Irene la acompaña con ilusión pero consciente de la complejidad de este deporte, pues "todo se reduce a un minuto y medio de ejercicio". La deportista de 14 años solo se pone como objetivo "demostrar todo el trabajo". A largo plazo, "seguir con la gimnasia hasta que pueda compaginarlo con los estudios". Creía tenerlo claro, pero Julieta aún no sabe que quiere estudiar. Su mente está en la Gimnasia Rítmica, lo lleva demostrando toda su vida, incluso sacrificó la comunión de su hermano por estar en Zaragoza, dónde tenía que competir. "Yo quiero durar en la gimnasia".

Mucho esfuerzo y escaso apoyo público

"Vamos evolucionando pero muy lentamente. No tenemos apoyo del Ayuntamiento", reclama Irene. El club ha pasado de entrenar en Gadir, en suelo de cemento y con goteras en las instalaciones, a la ya mencionada nave en la Zona Franca que pagan íntegramente de su bolsillo.

El Ayuntamiento tiene una convocatoria a la que solo pueden presentar 10.000 euros cada club, de los más de 20.000 que gastan cada año. "Te terminan dando 2.000 euros", explica la vicepresidenta. Tampoco la federación paga los viajes, que tienen que ser costeados por los padres, el club o algún patrocinador ocasional de confianza. "Todo esto ralentiza la evolución y el progreso de las chicas".

Pese a todo, Kandela crece pero siguen con los pies en el suelo. El absoluto, máxima categoría, en el horizonte. "No vamos a tardar en llegar pero siempre al ritmo de las chicas, que llegarán a donde quieran", concluye.

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