Era de temer, y ocurrió. Y es que el fútbol tiene estas cosas. Cuando mejor estás, cuando eres tremendamente superior a tu rival, cuando creas y no concretas, siempre hay una jugada determinante que te borra de un plumazo tu sueño.

Esa es la traducción más literaria de lo que ocurrió ayer en el Iberoamericano. El San Fernando mostró la mejor de sus caras, posiblemente la mejor cara desde que comenzó la competición, fue infinitamente superior a un rival que, en muchas ocasiones fue un mero muñeco en las manos de los azulinos y, cuando nadie lo esperaba, una falta tan absurda como tonta, en la frontal del área esfumó por completo el sueño de los de La Isla de seguir siendo grandes, en una competición donde ha estado sublime.

Ayer cayó el San Fernando, pero lo hizo de una manera impresionantemente injusta. Los de Juanma Carrillo no se merecieron esa bofetada, pero en el fútbol hay que aprender hasta de las derrotas.

Y fue superior el San Fernando porque este equipo, y ya lo hemos comentado, se agranda de manera significativa con la presencia de Ocaña en el once. El isleño se está convirtiendo, de lleno, en una pieza casi fundamental en el cuadro azulino. Y lo es porque pelea, roba, lucha y surte de balones a las bandas de conjunto isleño. Además deja que Carlitos y Germán, por detrás, hagan su trabajo y estos estuvieron inconmensurables. Vaya partido que se marcaron los tres centrocampistas isleños.

Con ello, no llegaron las ocasiones, pero si la posesión, el dominio, la superioridad y el buen juego. Es cierto que no se tiene chispa arriba, y a los datos me remito, pero también es cierto que Sebas trabajó bien en la banda y Cristian hizo mil y un desmarque de ruptura que no encontraron recompensa. Pedro Carrión no ha comenzado fino la temporada y eso también lo resiente el equipo.

Así, con este dominio, las mejores ocasiones fueron para los isleños que en la primera mitad (27' y 42'), gozaron de dos claras oportunidades de gol, por mediación de un mano a mano que desperdició Pedro Carrión, y a la salida de un córner Germán.

Pero es que en la segunda mitad, Ocaña tuvo una doble oportunidad (52'), Carlitos disparó fuera por poco (59'), Carrión llegó tarde en un balón interior (76'), el mismo Carrión disparó alto (79'), y en una escapada del delantero centro, derribado dentro del área, siendo el último hombre y cuando encaraba al portero (69'), irritó de manera sobresaliente al respetable.

Se perdonó, y se pagó. La prórroga no dio mucho más de sí, sino un Tudelano loco por los penalties y un San Fernando cansado, con el corazón puesto en el empeño, pero agotado de ir al pozo y no encontrar agua.

El tanto fue un jarro de agua fría, un morderse los labios de coraje. A lo mejor los navarros hubiesen pasado por los penalties, pero hubiese sido, seguramente, menos doloroso. Así es el fútbol y así hay que asumirlo, con sus grandezas y con sus miserias de la injusticias como la de ayer.

San Fernando CD: David Zamora, Eder, Pelegrina, Paco Borrego, Juanje, Germán, Carlitos, Sebas (Berni, 58'), Cristian (Ernesto, 84'), Ocaña (Jorge Herrero, 108') y Pedro Carrión. Tudelano: Asín, Lalaguna, Jonathan, Martín, Lumbreras, Reche, Dani Pérez, Azpilicueta, Alex (González, 84'), Bravo (Barbosa, 56') y Pons (Esparza, 64'). Gol: 0-1 (116') Dani Pérez. Árbitro: Hernández Maeso (extremeño). Mal. No pitó un claro penalti a Pedro Carrión. Mostró cartulinas amarillas a; Juanje (39'), Lalaguna (40'), Pelegrina (51'), Azpilicueta (63'), David Valle, en el banquillo, (69') y Germán (89'). Incidencias: 1.200 espectadores en el Iberoamericano de Bahía Sur.