Guardiola intenta aflojar el cerco sobre Laporta
Liga BBVA
El técnico ha provocado un incendio en el Barcelona tras su defensa sobre el expresidente
Hubo una comida el pasado jueves entre Pep Guardiola, Johan Cruyff y Joan Laporta, que el mismo ex presidente del Barcelona se encargó de confirmar ayer. Dos días después de aquella reunión se desencadenó todo.
En la rueda de prensa posterior a la goleada contra el Atlético, el entrenador del Barcelona articulaba un discurso de casi tres minutos defendiendo la gestión de Laporta y su antigua directiva y pidiendo a la junta actual que no estreche más el cerco sobre el ex presidente.
A Laporta se le viene una buena encima. El próximo viernes termina el plazo para que él y su junta avalen ante la LFP, los 23,2 millones de euros (2,9 millones por cabeza) correspondientes a las pérdidas acumuladas por el club al final de su primer mandato.
Jamás pensó que una demanda de un socio anónimo "vinculado a Sandro Rosell (actual presidente azulgrana) y a ex nuñistas rabiosos", como él mismo apuntó en su día, acabaría con una sentencia tan contraria a sus intereses económicos.
"Mis compañeros y también sus familias estamos sufriendo con este tema", aseguró ayer Laporta en a Catalunya Radio. Algo parecido le debió decir el pasado jueves al entrenador del Barca.
El diputado del Parlamento catalán y concejal del Ayuntamiento de Barcelona es consciente de la influencia que Guardiola ejerce ahora mismo en el barcelonismo, capaz de votar sí al patrocinio de Qatar Foundation sólo porque Pep opine que este emirato es un modelo no sólo de gestión económica sino también un referente para los derechos humanos.
Guardiola ya no puede hacer nada para evitar la ejecución de esa sentencia, pero quizá pensó que podría influir para que Rosell recapacitara sobre la conveniencia de seguir adelante con la acción de responsabilidad social contra Laporta y su junta.
En ella se reclama al ex presidente y su directiva los 47,6 millones de euros que supuestamente acumularon en pérdidas durante sus siete años de mandato. Otro revés para Laporta, a quien haber sido una vez presidente del Barca le puede costar la ruina.
El técnico del Barcelona pensó que es de bien nacido ser agradecido o quizá que la ascendencia de su figura podía ser capaz de pacificar el club de una vez por todas. Lo que no calculó, o tal vez sí, es que su discurso ha dividido aún más al barcelonismo. Y que ha provocado un incendio que puede tener consecuencias devastadoras en el entorno azulgrana.
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