El Recreativo ha sumado un punto en Conil (1-1) que le sabe a poco. Y es que el Decano ha mereció mucho más ante un rival que no probó a Rubén Gálvez en todo el choque. El cuadro de Alberto Gallego firmó una primera parte sublime, que debió ser suficiente para ganar el partido con una amplia ventaja, pero al final solo materializó una ocasión y dejó el partido abierto para que un penalti le diera la opción al conjunto jandeño de lograr un punto que es mucho botín para lo que deparó el partido.

El Recreativo dejó claro desde la primera jugada que iba a buscar hacerle daño al Conil a través del juego combinativo. Con Víctor y Arjona como directores de orquesta, el Decano protagonizó los mejores momentos de la temporada en un campo complejo, con mucha precisión y una gran personalidad. Siguió dominando el partido, recuperando rápido y siendo duro en las disputas. En otra acción al contragolpe Terán batalló con los centrales, se quedó el balón y encontró a Marc Fraile, pero el disparo del balear se marchó muy desviado. Mediado el primer tiempo el Decano empezó a tener algunos problemas más para salir de forma combinativa y el Conil se fue estirando, pero el cuadro de Gallego supo contrarrestar el ánimo del cuadro gaditano con una presión intensa. De ahí llegó el 0-1, de una presión alta sobre el guardameta, que erró en su intento de despeje para dejarle el cuero a Víctor un poco por delante del círculo central. El onubense controló y envió el balón al fondo de la portería, con una sutileza y precisión que está por encima de la categoría.

La segunda parte fue algo distinta, porque el Recre ya no necesitaba tanto para presentarse en campo contrario y porque encontró con cierta facilidad a Diawara por banda. De una internada del carrilero derecho llegó otra ocasión para el Decano, pues su centro se terminó estrellando en la cruceta.

En una de las pocas situaciones que tuvo el Conil el balón llegó al segundo palo y hubo un contacto entre Manu Galán y un atacante que el árbitro castigó con penalti. Manzano ejecutó la pena máxima, engañando a Rubén, que se venció a su izquierda. 

El Conil se parapetó atrás, trató de que se jugara poco y se puso a defender, sabiendo que iba a tener mucho espacio a la espalda de la defensa albiazul.