Duro golpe anímico para un Portuense muy irregular

fútbol lTercera División

Los rojiblancos caen ante un flojo rival que aprovecha dos detalles ofensivos

Luis Castillo (d) protege el cuero de un defensor sevillano poco antes de ser expulsado por protestar.
Luis Castillo (d) protege el cuero de un defensor sevillano poco antes de ser expulsado por protestar.
Francisco Lambea / El Puerto

13 de octubre 2011 - 05:02

El Racing padeció ayer una de esas derrotas que, por encima de su traducción matemática, puede esconder, si no se remedia, un severo ataque a la línea de flotación. Los rojiblancos, que se adelantaron en un instante tan temprano como el 3', gracias a un oportunista Carli, que aprovechó el rechace de Rivas a disparo de Alberto, se dejaron llevar por la confianza y el conservadurismo ante un adversario que evidenciaba una falta de colocación defensiva poco habitual.

El gol del lateral derecho, el mejor de los suyos, un jugador en franca progresión al que parece sentar espléndidamente su convocatoria para la selección filipina, anestesió a los portuenses, quienes, quizá hartos de haber visto evaporarse otros triunfos por un arriesgado afán atacante, optaron por ver cómo transcurrían los acontecimientos. De hecho, la primera mitad ya sólo registraría un disparo al travesaño de Ezequiel en el saque de una falta (36'), mientras que los azulinos gozaron de una clara ocasión en un tiro de Gordi que Ismael desvió a córner (30') y en un cabezazo fuera de Afonso (46').

La segunda parte comenzó con un Peña Rociera que adelantó líneas y un Racing que no quería dejarse sorprender, pero, a los seis minutos de la reanudación, el colegiado expulsó a un locuaz Luis Castillo. El centrocampista emprendió el camino de los vestuarios adornado por la recriminante banda sonora de su técnico, David Galisteo, que no entendía cómo su futbolista había vuelto a protestar, cuando ya registraba una amarilla por la misma causa.

Con todo, y dentro de la capacidad para la sorpresa que atesora el Portuense, el equipo no pareció perder la compostura, e incluso llegó a dominar mejor ciertos patrones de juego.

Cuando parecía que esa victoría mínima cerraría el marcador, Márquez, que acababa de ingresar, cogió una bola a la altura de la media luna y enganchó un zapatazo contra el que nada pudo hacer Ismael.

No tuvieron tiempo los rojiblancos para pensar si especulaban con el empate o quemaban naves, pues, tres minutos después, un saque largo del guardameta Rivas propició un contraataque que Gordi culminó con un disparo raso al palo izquierdo rojiblanco que certificaba la inesperada tragedia vespertina.

El entrenador rojiblanco, David Galisteo, admitiría en la rueda de prensa que la derrrota constituye "el mayor palo que sufre el equipo en lo transcurrido de la presente temporada". Galisteo entiende que el suyo es un conjunto "atípico, que se desenvuelve peor cuando el resultado es favorable". Su colega, Miguel Ángel Alcácer, enmarcado por una amplia sonrisa, se mostró explícito tras ser preguntado por la ecuanimidad del electrónico: "Lo más justo hubiera sido un empate, pero este resultado nos viene de puta madre".

El Racing baja a la decimosegunda posición y se queda con 11 puntos, los mismos que atesora la escuadra de Dos Hermanas, que estrena su casillero de triunfos a domicilio y aumenta sus motivos para creer en la permanencia.

PORTUENSE: Ismael, Carli, Juanma Reyes, Chiqui Paz, Ezequiel, Alberto (Lolo Prado, 53'), Luis Castillo, Jesuli, Dani Cadena, Nene (Rober, 74') y Álex Expósito (José Carlos, 85'). PEÑA ROCIERA: Rivas, Barros, Afonso, Iván Pérez, Lorca, Dani, Diego, Villalón (Moreno, 62'), José Romero (Márquez, 83'), D. Antón y Gordi. Árbitro: Calzada Morales (sevillano). Regular. Mostró tarjetas amarillas a los locales Ezequiel, Juanma Reyes, Jesuli, Dani Cadena y Álex Expósito y a los visitantes Barros, Villalón y José Romero. Expulsó al racinguista Luis Castillo (51'). Goles: 1-0 (3') Carli. 1-1 (86') Márquez. 1-2 (89') Gordi. Incidencias: 400 espectadores en el Cuvillo.

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