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Carreras de montaña

Dos gaditanos brillan en los Andes

  • El capitalino Javier García y el puertorrealeño Álvaro Soto acaban terceros de su categoría en la durísima prueba El Cruce

García Marichal y Soto, en el momento de atravesar la línea de meta.

García Marichal y Soto, en el momento de atravesar la línea de meta.

Las carreras de montaña se convierten en una auténtica pasión para muchos de los deportistas que se atreven a probar una modalidad sobrada de dureza y de necesidad de sacrificio. Dos de esos enamorados de este tipo de competiciones son el gaditano Francisco Javier García Marichal y el puertorrealeño Álvaro Soto, quienes acaban de participar en la conocida como El Cruce, la cual consiste en cruzar la cordillera de los Andes uniendo Argentina y Chile.

Como la misma ofrece numerosos pasos entre uno y otro país, en cada edición se varía el recorrido como aliciente añadido para los habituales. Uno de estos es, precisamente, García Marichal, quien desde 2014 no ha fallado año a año en alguna de las citas que tienen como escenario la región andina, donde últimamente es un fijo en El Cruce.

La pareja de la Bahía de Cádiz integrada por el capitalino y el de Puerto Real ha solventado la prueba de 2018 con un sonado éxito al ocupar la tercera posición de la categoría de veteranos, destinada a dúos con una suma entre ambos componentes comprendida entre 80 y 100 años. Es la categoría intermedia entre las otras dos del programa, la sénior (hasta 80) y la de superveteranos (más de 100). Al podio logrado entre los veteranos hay que añadir el octavo lugar obtenido en la clasificación absoluta.

Normalmente hay que cubrir una distancia de más de 100 kilómetros en total, divididos en tres etapas. Los lugares por los que se desarrolla la carrera suelen ser de una belleza inigualable, atravesando montañas y volcanes, cumbres nevadas, bosques, lagos, valles y zonas rocosas.

La climatología varía bastante cada año pese a tratarse de fechas similares. Algunas ediciones han sido acompañadas de días de sol espectacular, con una temperatura que puede llegar a los 20º. Otras, sin embargo, enfrentan a los corredores con situaciones verdaderamente adversas que pueden incluir frío, nieve, intensos vientos y lluvias copiosas.

Si bien se trata de una carrera de aventura extrema, atrae a una enorme cantidad de corredores de todo el mundo. En las últimas ediciones han participado más de 2.000 atletas, un verdadero récord para una carrera de montaña de tres días.

El sitio elegido para cruzar en esta oportunidad fue la Araucanía, en la región IX de Chile, concretamente en Pucón atravesando dos volcanes, el Villarica y el Quetrupillán. El primero de ellos está activo, con una constante humareda gris en contraste con el blanco eterno de su cumbre y manto en la cara norte. Debido a la gran cantidad de nieve que hay en la cara Sur del volcán Quetrupillán, se hizo una variante en la primera etapa para recorrer la cara Noroeste y poder subir más distancia hacia la cumbre del volcán, encontrándose los aventureros con mucha nieve en las partes altas. Esa etapa fue la más dura y espectacular de las tres. Este año participaron varios corredores de elite, entre ellos el peruano Remigio Waman o el español Chema Martínez.

Francisco Javier García Marichal, convertido ya en todo un experto en El Cruce, indica que "en lo que respecta a mi participación, me quedo con la inmensa satisfacción de haber cumplido mi deseo de enseñarle a mi compañero Álvaro Soto esos lugares donde correr es pura magia".

El gaditano resume así la experiencia vivida: "El primer día fue insuperable, subir a cumbres nevadas contemplando un horizonte infinito de verde frondoso y limpio azul te sumergía en un estado de embriaguez que teníamos que reprimir cada vez que afrontábamos un descenso por nieve virgen. Hicimos muy buen tiempo, quedando primeros de categoría y segundos de la general. El segundo no fue tan bueno tanto en lo paisajístico como en lo deportivo, ya que sorprendentemente me quedé literalmente sin batería a 10 kilómetros del final. El tercero lo afrontamos conscientes de que habíamos perdido posiciones en la general, con el objetivo de apretar al principio. Nos distanciamos del resto de equipos e incluso llegamos a vislumbrar a los primeros en algún repecho, pero de nuevo me quedé fundido a ocho kilómetros de meta sin previo aviso".

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