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'Diamantes negros' El sueño truncado de niños futbolistas

  • El malí Diakite protagoniza una película que retrata cómo las mafias sacan a chavales de sus países con falsas promesas Llegó a Europa con 16 años y ahora, con 22, juega en el Canillas de la Preferente madrileña

Alassane Diakite, futbolista malí del Canillas, equipo de la Preferente madrileña, y protagonista de la película Diamantes negros, que denuncia el tráfico de menores africanos por parte de ojeadores para llegar a Europa, afirma que "el comportamiento" de Real Madrid y Barcelona le ha "decepcionado" al no haber apoyado la cinta cuando se les solicitó ayuda.

Diakite, de 22 años, salió de Malí en 2007 rumbo a Francia, donde vio truncado su sueño de ser jugador de élite al sentirse estafado por las mafias que tejen las redes del tráfico de niños en el mundo del fútbol. Ahora su historia, y la de muchos otros chavales, se ha llevado al cine en la película Diamantes negros, que quiere denunciar el incumplimiento del articulo 18 del reglamento de la FIFA que prohíbe los fichajes de jugadores menores de 18 años.

"Mi historia es la de un chico que ha sufrido el tráfico de menores en el fútbol. Te sacan del país, en algunos casos ni siquiera es el club el que se encarga del viaje, sino tú mismo, y una vez que llegas a Europa te das cuenta de que todo lo que te habían dicho no es verdad", afirma el jugador africano, que dio el salto al Viejo Contienete con sólo 16 años. Poco más tarde, con 17 años, llegó "de rebote" a España. "La mayoría de los niños de Malí que entramos en Europa lo hacemos por Francia. Una vez que crecemos allí, vamos supuestamente a los países donde consideramos que el nivel del fútbol es un poquito más alto, como España o Inglaterra. Mi sueño era jugar en España, pero una vez que aterricé en París me di cuenta de que todo era mentira", afirma.

Y es que una vez realizada alguna prueba, cuando algún club se interesa por el joven futbolista de turno, las mafias piden, en nombre del equipo de origen, un dinero por los derechos de formación y además ejercen de representante del jugador para sacar mayor tajada.

"No he cumplido ese sueño de jugar en un gran equipo, pero soy feliz. Sigo jugando al fútbol y he superado una situación difícil para cumplir otro sueño que está mucho más por encima de lo que podía ofrecerme mi país", señala Diakite, que entrena a niños en el Canillas, aunque su trabajo va más allá del césped: "Trato de que mejoren como personas, de que sean fuertes y superen situaciones adversas como las que yo he vivido. Espero no les pase nunca algo así a ellos". Pero jugar y entrenar en un modesto club no da para vivir a nadie. "La situación económica del país no permite eso", dice, antes de referise a su trabajo en el comedor de un colegio: "Con eso pago mis gastos y ayudo a mi familia".

El caso de este joven jugador malí no es el único, hasta el punto de que se ha cruzado en su camino con compatriotas y chicos de Camerún, Marruecos, Guinea o América Latina que han sufrido en sus carnes las mismas vivencias.

El director de la película, Miguel Alcantud, señaló que Real Madrid y Barcelona no quisieron colaborar en la película cuando se les ha pedido ayuda, algo que decepcionó a Diakite, aunque no le sorprendió. "Ellos quieren quedar al margen de la historia y, sinceramente, creo que podrían apoyarla, porque la película hace una buena obra. Habla sobre una realidad, sobre cómo algunos ojeadores sacan a un niño de su país, lo apartan de su familia con engaños y lo llevan a otro continente para luego, si no sale bien la cosa, dejarlo tirado". Por ello, el protagonista espera que la cinta cause impacto y que la gente conozca una realidad que existe y se extiende cada vez más: "Sólo se conocen las historias bonitas, que son las menos, pero hay mucho más detrás. La película servirá para que, poco a poco, estas situaciones no se sigan repitiendo".

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