Cae en picado. El San Fernando convirtió el Domingo de Ramos, de palmas y alegría, en un Domingo de Pasión, de tragedia y de desesperación, al caer derrotado contundentemente en su visita al Sevilla Atlético. Tercera derrota consecutiva que aleja la fase de ascenso y, sobre todo, ofreciendo una pobre imagen que recuerda, y mucho, al equipo de principios de temporada, en sus peores momentos. Mucho llueve para el conjunto azulino sin la presencia de Biabiany y Rodrigo en el once. Los de Nacho Castro, que en la primera parte tuvieron sus momentos, fueron un desastre en la segunda mitad, donde sucumbieron ante la calidad de un filial hispalense que le tiene tomada la medida a los isleños, sobre todo su delantero Iván Romero, que si le anotó dos goles en el partido de la primera vuelta y volvió a anotar dos tantos de los cuatro de los sevillistas este domingo.

De inicio Nacho Castro sorprendió con una nueva formación. El técnico asturiano planteó el partido con tres centrales, desplazó a Caballero desde el centro del campo para asumir la jerarquía en el centro de la defensa, mientras que Juan Rodríguez ocupó la plaza de central derecho y Sergio Ayala la de central izquierdo. Con esto, el técnico azulino dejó las bandas a sus dos carrileros, la derecha a Sergio Cortés y la izquierda a José Calderón. El entrenador dispuso a Marc Carbó por delante de la defensa, con Bicho secundando al catalán, Saúl González y Juanmi Callejón en las medias puntas y Francis Ferrón como hombre más adelantado.

El Sevilla Athlético comenzó con el ímpetu de los equipos que están necesitados de salir de la zona donde se encuentra y se hizo con el mando del partido aunque la profundidad no era la nota predominante y el equipo azulino parecía controlar la situación. Tal fue así que en el minuto 11 la ocasión más clara fue para los azulinos. Un balón filtrado por Sergio Cortés a Saúl González dejó a éste en un mano a mano con el cancerbero Javi Díaz que, finalmente, rechazó con su cuerpo el disparo del jugador azulino. Un minuto después fue Francis Ferrón el que de cabeza remató cerca del travesaño una falta lanzada por Juanmi Callejón.

Cuando parecía que no iba a ocurrir nada del otro mundo llegó la jugada de Luismi Cruz que, ante la parsimonia de la defensa azulina, se internó hasta la corona del área para lanzar un disparo con la mala fortuna que el balón lo tocó tímidamente Caballero y se ajustó a la base del poste. Jarro de agua fría para los isleños que parecieron no soportar con muchas energías el mazazo que le daba el filial sevillista.

En el 23’ fue Iván Romero, una pesadilla en la primera mitad para los centrales azulinos, el que remató de cabeza casi en solitario un centro de Valentino que se fue fuera y en el 34’ de nuevo Iván Romero se internó y dio el pase de la muerte a su compañero Capi, pero la milagrosa llegada de Bicho no permitió que el segundo tanto subiera al marcador. En el 37 Perales tuvo que salir por enésima vez a los pies de Iván Romero.

Corría el minuto 38 cuando Calderón se internó con rapidez por su banda izquierda, siendo claramente derribado por Valentino. Francis Ferrón cedió la materialización de la pena máxima a Juanmi Callejón, que no falló para poner el uno a uno. Tuvieron la ocasión de remontar los isleños en el 43’ en un centro de Sergio Cortés al que no llegó Marc Carbó  antes que la defensa sevillana. Para esos entonces, Nacho Castro ya había pensado que los experimentos mejor con gaseosa y había vuelto a poner defensa de cuatro.

Pero la segunda mitad fue un auténtico desastre desde su inicio. Lejos de ver al mejor de las versiones azulinas, el Sevilla Atlético se impuso desde el pitido inicial, mostró mucha más ambición, mucha más intensidad y mucho más juego, lo que le permitió, en un visto y no visto, volver a desequilibrar la balanza a su favor repetidamente.

En el 55’ Juan María se internó como Pedro por su casa hasta el fondo e Iván Romero le ganó la partida a un Caballero que llegaba demasiado tarde para anotar con facilidad el tanto que ponía por delante de nuevo a los sevillistas. No reaccionaban, ni de lejos, los isleños, que vieron como cinco minutos después los cambios realizados por el técnico local daban sus frutos. Zarzana enganchaba un tremendo disparo cruzado que se colaba irremisiblemente por la escuadra de un desconcertado Perales para poner el tres a uno en el marcador.

Estaban aturdidos los de La Isla y Nacho Castro buscaba soluciones a tanto despropósito intentando recomponer a su equipo cuando en el 62’ un fallo de Javi Díaz a la salida del balón no lo aprovechó Saúl González que en los alrededores del punto de penalti con todo a su favor disparó fuera ajustado al poste.

Por entonces el partido era de ida y vuelta y, lógicamente, se imponía la calidad de los jóvenes jugadores del equipo sevillista que no tardaron en aumentar su ventaja y sentenciar el partido. Fue en el 64 cuando Carlos Álvarez le ganó la partida a Juan Rodríguez, que lo derribó claramente dentro del área, la jugada tuvo continuidad a los pies de Iván Romero que ante Perales se encargó de sentenciar un choque que no tuvo historia en la segunda mitad.

Bien es cierto que Pedro Benito contó con dos oportunidades claras para acortar distancias en el marcador, en los minutos 68 y 91, pero no es menos verdad que Carlos Álvarez pudo poner el quinto para su equipo en el 85’. De todas maneras ya el marcador no se movió y se consumó la tercera derrota consecutiva de un equipo isleño que parece ir a la deriva, que se ha desinflado completamente y que tendrá, a toda costa, que conseguir una victoria lo antes posible para certificar su permanencia.