Ya se cerró 2018. El año pasado es historia. Ahora el presente, lo más inmediato, es el 2019 donde los isleños tienen que plantar la semilla necesaria para hacer grandes cosas, para dar continuidad a la línea marcada, para seguir siendo el equipo fiable que ha mostrado desde que el curso 2018/2019 diese inicio.De nada sirve mirar para atrás, donde lo que se ve es mucho y bueno, y solamente queda mirar al frente con optimismo, con ilusión, con las ganas de ser grandes y por ello, el año que da comienzo mañana en el Iberoamericano de Bahía Sur no debe de ser más que el año de la confirmación del equipo azulino entre los mejores del grupo IV de Segunda División B, el año de las alegrías, esas que ya ha dado el 18 y el año de recoger una cosecha ya plantada, donde el fruto florece y crece.

Por eso, principalmente, mañana comienza la cosecha del 19, esa que recoge lo sembrado en el 18 y en parte del mismo año, esa que, de momento, tiene al equipo azulino encaramado entre los grandes del y disfrutando de un placer fuera de toda dudas, esa que hace soñar con dar la campanada, por estar ahí casi de por vida y por dar rienda suelta a la ilusión de los seguidores azulinos. El 2019 se plantea, cuanto menos, apasionante para la parroquia azulina y esa situación debe, y tiene, que ratificarse mañana ante un equipo recién ascendido, hambriento de triunfos y necesitado de victorias, el Almería B.

De esta manera comienza el año, con el rabillo del ojo mirando lo que hacen Balona y Cartagena, los dos equipos colocados inmediatamente por encima de los azulinos en la tabla clasificatoria, soñando que una victoria azulina lo auparía a los 36 puntos en la primera vuelta de la competición, a solamente 10 del objetivo con toda la segunda vuelta por delante. Y lo primordial es que, tras la derrota del Melilla hoy, si los isleños lograran la victoria, solamente estarían a un punto del equipo melillense, situación idílica teniendo en cuenta los piropos y vítores que se han llevado los del norte de África por la temporada que vienen haciendo.Pero será una misión harta complicada. En primer lugar porque los almerienses llegan a La Isla necesitados y obligados, y en segundo lugar porque los isleños tienen dos bajas importantes en sus filas, concretamente los dos laterales titulares, Gabi Ramos y Diego Simón. El primero de ellos, el almeriense, tendrá que cumplir un partido de sanción (el primero que se pierde esta temporada), por acumulación de amonestaciones, mientras que el vasco, aunque bastante recuperado sufre unos problemas en el aductor que lo mantendrá una semana más en el dique seco.

San Fernando y Almería B darán el pistoletazo de salida a un año que puede ser apasionante para uno y para otros si consiguen su objetivo.