El Chiclana CF se ha llevado este domingo un disgusto importante por la derrota en su visita al Atlético Espeleño (3-2), en la última jornada de la fase por el ascenso a Tercera División. El conjunto blanco se ha vaciado en tierras cordobesas pero ha tenido momentos claves dentro del encuentro que al final han pesado. Todo ello con un rival muy fuerte que no se entiende cómo se ha descolgado tanto de la lucha por dar el salto de categoría.

La situación que le queda al equipo chiclanero es la siguiente: Ha terminado en tercera posición y son los dos primeros, Cartaya y Tomares, los que suben directamente a Tercera. Para que el Chiclana CF les acompañe, depende de que el Ceuta no ascienda de Tercera a la nueva Segunda RFEF. Si el equipo caballa sube -para lograrlo, debe superar tres eliminatorias-, su plaza en Tercera será para el campeón de la Regional ceutí. Pero si no asciende, esa vacante la corresponde a la escuadra chiclanera.

En cuanto al encuentro, hay que hablar de una primera parte en la que el Espeleño llevó el peso del juego pero sin generar ocasiones de peligro. El Chiclana aguantaba el tirón y esperaba su momento bajo un calor de justicia. A la vuelta de vestuarios tras el descanso, el equipo de Lupi dio un paso al frente metiendo otro ritmo y empezando a demostrar que se jugaba mucho más que su adversario. De esta manera, el goleador Joselito Cornejo abrió la cuenta en el minuto 61, lo que era un paso clave.

Sin embargo, un penalti en el área chiclanero rompió los esquemas a los visitantes, que sufrieron después de que Jesús Bono anotara la pena máxima. Era evidente que el gol sacó del choque a los de Lupi, quienes asistieron con rabia al segundo del Espeleño que daba la vuelta al marcador.

Tocaba remar en contra del viento pero ya se sabe que del Chiclana CF se espera siempre lo mejor. Y así reapareció de nuevo Joselito Cornejo para colocar las tablas (2-2) y otorgar muchas opciones a los gaditanos a la espera de seis minutos más la prolongación.

El desgaste había sido grande y Lupi vio como sus hombres empezaban a agotar sus recursos y sufrían una temperatura más propia del verano. Esa mezcla dejó tocado a un Chiclana que en el penúltimo suspiro encajó el tercero y no tuvo capacidad para levantarse.

La derrota deja todo en manos de lo que suceda con el Ceuta y sus eliminatorias rumbo a la Segunda RFEF, cuyo desenlace dará o no el ascenso de los chiclaneros, quienes pueden estar orgullosos de una gran campaña a la que le falta el colofón del ascenso a Tercera.