José Méndez Canario podría estar cada vez más cerca de regresar a la Balompédica Linense, el club en el que el mismo reconoce que dio su mejor nivel. El jugador le ha hecho saber al Cádiz, una vez está confirmado que será descartado por el técnico Claudio Barragán, que su deseo es regresar al equipo albinegro, en el que militó la pasada campaña y con cuya afición mantiene -ahí están las redes sociales para corroborarlo- un auténtico idilio. En Carranza, como es lógico, verían con mejores ojos que el mediapunta se marchase a un equipo que no militase en el Grupo IV y que por lo tanto no se enfrente a los amarillos, pero el futbolista presiona para irse a la Balona.

El culebrón de la salida de Canario del Cádiz va lento. Tan lento como su deseado regreso a la Balona, que cada vez está más cercano, pero que ni mucho menos se puede dar por hecho. Hay cuestiones económicas que resolver por parte y parte. No se trata de cantidades insignificantes ni mucho menos. Y eso siempre es un obstáculo.

Otra incongruencia en la decisión tomada por la entidad cadista respecto al descarte es la participación del futbolista en el recién finalizado Trofeo Ramón de Carranza. Canario saltó al campo en los últimos minutos de la semifinal disputada contra el Atlético de Madrid e incluso fue designado lanzador en la tanda de penalts. Y ayer salió titular en la consolación con el Granada.

La Balona, además, se encuentra con otro problema. Está obligada a descartar a uno de los dieciséis jugadores mayores de 23 años con que cuenta la plantilla, porque ése es el límite que establecen los estatutos.

La rumorología se ha disparado y son muchos los señalados, lo que por cierto no se antoja el mejor caldo de cultivo para los días previos al arranque liguero del próximo sábado en Jaén. Pero en el seno de la entidad albinegra se admite que el asunto se ha tratado porque la posibilidad de que Canario regrese existe, pero que no hay nada decidido.