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Cabañas, el arma secreta de Paraguay

  • El delantero tiroteado es el clavo al que se agarra el grupo antes de cada partido

Tiroteado y convaleciente, el goleador Salvador Cabañas es aún hoy el baluarte de la selección paraguaya de fútbol, el hombre al que sus compañeros llaman antes de cada partido como cábala, el hombre al que quieren brindar aún más éxitos en el Mundial de Sudáfrica, y entre ellos se encuentra la eliminación de España en el partido de cuartos de final.

"Vamos a ganar por él", declaró el actual capitán del conjunto sudamericano, el portero del Valladolid Justo Villar, antes del duelo con la selección española por el pase a las semifinales del Mundial.

Y es que para los paraguayos el Chava Cabañas está dentro de la concentración en Centurion, aunque en realidad se encuentre convaleciente en un Hospital de Argentina, con una bala aún alojada en su cabeza.

"Es el mariscal que nos guía, nos hubiera encantado haber podido tenerlo acá", admitió el central Paulo da Silva, más que probable titular en el estadio Ellis Park ante la escuadra dirigida por Vicente del Bosque.

"Sí, estamos en permanente contacto, es algo más que una costumbre", añadió el delantero Nelson Haedo Valdez, quien contó que por Internet o teléfono mantienen un vínculo casi diario con el goleador.

Pero ese lazo no es sólo casual, sino más bien un rito. Antes de cada partido, los paraguayos se reúnen en una habitación con tereré (una tradicional bebida de su país) y telefonean a su líder, al hombre cuyos goles sirvieron para lograr la clasificación para este Mundial de Sudáfrica.

"Sí, es así", reconoció el centrocampista Cristian Riveros, quien anticipó que el gesto será repetido ante España, la favorita del Mundial, para que continúe aumentando tanto la mística como el ánimo de la plantilla.

De hecho, para los paraguayos, Cabañas es casi un superhombre tras sobrevivir a un disparo que recibió en la cabeza el pasado mes de enero en un bar de Ciudad de México. El jugador del América de México, tras rozar la muerte, logró volver a hablar y caminar, pese a que los médicos no consiguieron extraerle el proyectil de su cabeza por los elevados riesgos quirúrgicos que dicha operación suponía para Cabañas.

"Salvador (Cabañas) estaría aquí si no hubiera sufrido esa desgracia. Jugamos este Mundial para él. Es una gran inspiración para todo el equipo que quiere estar a la altura de lo que su capitán se merece", resumió el seleccionador de Paraguay, Gerardo Martino.

Y en su recuperación en Buenos Aires, Cabañas también sigue de cerca el destino de sus amigos. "Para el partido contra Japón (en octavos de final) gritaba, saltaba y por momentos estaba muy triste por no poder estar allí", reveló su representante, José María González.

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