El Pabellón Ruiz Mateos de Jerez acoge esta tarde a partir de las 18:30 horas un atractivo derbi provincial que enfrentará al Xerez DFC y al Cádiz CF Virgili en el regreso de la Liga tras el parón de las Fiestas Navideñas.

Pese a que uno y otro equipo comenzaron la temporada con objetivos muy distintos, pues los locales persiguen la permanencia y los capitalinos el salto de categoría, el duelo se presenta abierto tanto por la rivalidad tradicional en estos casos como por la calidad de las plantillas.

El entrenador del cuadro panadero, Rafa Torrejón, que dirigió en su día al Jerez 1993, advierte que "se enfrentaran dos grandes plantillas y clubes que pese a la rivalidad mantenemos una excelente relación institucional, ya que hay jugadores que han jugado en ambos equipos y son amigos desde hace años".

"Aunque pueda haber una dosis de motivación extra tenemos que centrarnos en que son tres puntos más que nos pueden permitir abrir una pequeña brecha", valora el técnico del Virgili, que avisa que "nos encontraremos a un Xerez DFC que pese a que desde principio de Liga no se ha marcado otro objetivo que la permanencia, la calidad de la plantilla y de su cuerpo técnico dice todo lo contrario y considero que es un claro aspirante a los puestos altos de la clasificación".

El técnico de la sección cadista de fútbol sala valora que "mi equipo esta muy ilusionado, con muchas ganas de vivir este gran encuentro pero sobre todo con muchas ganas de hacer las cosas bien, competir a buen nivel para poder ofrecer un buen partido frente a un rival con el que tendremos que estar al 200% si queremos sacar algo positivo".

Torrejón no sabrá hasta última hora si podrá contar con la participación de los tocados Luis Jara y David Paleta. "La convocatoria no la sabremos hasta el mismo sábado ya que llevamos dos semanas con bastantes lesionados, pero no vamos a quejarnos hasta altura de eso, tenemos una plantilla lo suficientemente amplia para poder competir", concluyó.

Por su parte, Sergio Barroso, que dirige al Xerez DFC después de ocupar el banquillo panadero en las últimas campañas, apunta a que el encuentro no es más que "para los propios jugadores y para los aficionados; un homenaje al trabajo y sacrificio de los primeros y a la fidelidad y ayuda de los segundos".