¿Ahogados o salvados?

Balona y Granada 74 no pudieron acabar su primer compromiso oficial. Las intensas precipitaciones que ayer se dejaron sentir en La Línea determinaron que el colegiado sevillano Israel Mariscal Sánchez optase porque los protagonistas no volviesen al terreno de juego después del descanso, aunque también pudo parar el choque cinco minutos antes.

Para entonces el conjunto albinegro perdía con todo merecimiento por 0-2 y dejaba la sensación de que, o se produce un milagro, o cuando se finalice esta sexta jornada acumulará seis jornadas sin vencer, que ya dista bastante de ser una anécdota.

Otra vez, los errores puntuales en las facetas defensivas sepultaron al equipo de José Luis Burgueña, sólo que esta vez la sentencia había llegado antes del cuarto de hora. El primer borrón lo echó el cuestionado Zurdo, quien cometió un penalti de libro sobre Gámiz cuando éste se encontraba de espalda a la portería. Y el segundo tanto nació de un contragolpe por una mala entrega en la zona ancha cuando la retaguardia andaba saliéndose tras un saque de meta.

Aunque a los tres minutos Joseph tumbó a Juanma Pérez al golpearle con el esférico en el rostro, muy pronto el veteranísimo Thierry comenzó a poner en jaque a la intranquila defensa de la Balona, a la que dejó en entredicho. El propio Thierry sería el encargado de transformar la pena máxima con la que se abriría el marcador.

Con el 0-1 el asturiano Miguélez fabricó un centro para la igualada, pero Enzo Noir se quedó sin ángulo después de que la mala salida del meta Darío le brindase una buena oportunidad. A renglón seguido llegó el segundo tanto granadino, obra de Sergio Molina. El gol supuso todo un auténtico mazazo para las huestes de Burgueña, que comenzó a cambiar su dibujo mientras se dejaban oir los primeros pitos desde una grada en la que empieza a asentarse la impaciencia porque a nadie le agrada volver a la categoría de bronce para esto.

Con todo perdido y su público pitando, la Balompédica se abrió en busca de un mejor marcador y de nuevo el gibraltareño Joseph lo intentó desde lejos, pero Darío, bien situado, interceptó el disparo. Borja (24') y Carlos Guerra (26') pusieron la firma a las siguientes intentonas de los de casa. Meras escaramuzas que no acababan de intimidar al equipo visitante.

Sí que lo consiguió el 74 en el minuto 28, en una combinación de Gámiz y Thierry, una acción que encontró inmediata respuesta en un disparo de Enzo Noir que se marchó fuera cuando se encontraba en una cómoda situación para resolver.

En el 40' lo que había sido un aguacero se convirtió en una auténtica tromba de agua y desde entonces cualquier parecido con un encuentro de fútbol era producto de la imaginación. Cuando los jugadores llegaron a la caseta era más que predecible que no volverían al terreno de juego. El temporal no remitía y el césped estaba oculto bajo un manto de agua. Queda por saber cuándo continuará el choque.