Con la Venia

Llevar los pantalones. Por Fernando Santiago

  • LLEVAR LOS PANTALONES

  • El Rey y Cherra han coincidido a la hora de ponerse pantalón corto. No sé si los responsables de protocolo de la Casa Real y Adelante Andalucía se pusieron de acuerdo, pero han creado tendencia , son el exponente de una moda informal agravada por el calor. Lo raro ahora es ver por la calle a alguien con pantalón largo. Hace unos años se pusieron de moda los pantalones piratas, parecía impuesta por las mujeres , a la vista de lo mal que quedaba tal indumentaria. Ahora todo el mundo va con bermudas, aquella prenda inventada en la colonia británica que difundió el Duque de Windsor . Quizás el auge del informalismo con el calor asfixiante ha impuesto que los hombres enseñemos las piernas más de lo que el decoro indica, que todo el mundo no tiene las piernas de CR7. Superado el debate entre la guayabera y la camiseta, con victoria callejera para esta última prenda, se trata de discernir si el pantalón corto, sean piratas, bermudas o calzonas , tienen el decoro suficiente para ir por la calle Ancha donde nuestros abuelos iban de traje blanco de lino y sombrero de jipijapa. Siempre me pareció que los pantalones grunge en los hombres era un mamarracho, una moda Madre Coraje: vestirse con una prenda que parece sacada de un contenedor de ropa usada me parecía fuera de lugar. Puede que a una chica joven le siente bien, que hay edades donde cualquier cosa cae a la perfección. En los tíos me parecía patético, sobre todo en los cuarentones tipo “Los puretas del Caribe que está mu lejos mu lejos mu lejos” , con vaso largo , que ponerse unos vaqueros rotos era como desplegar la bandera pirata. Ver al Rey pasear por Palma con bermudas sitúa al anticapi Cherra a un nivel monárquico que seguro no había pensado. Las bermudas y las chanclas en el despacho del alcalde con una dotación de la armada italiana quedaba fuera de lugar, sobre todo si el Don Croqueta del Equipo de Gobierno iba con pantalón largo y polo, que sin ser el uniforme número uno ni el traje oscuro, parecía el árbitro de la elegancia al lado del Delegado de Hacienda y Deportes, que más parecía de esto último. Tengo para mí que Cherra debe estar muy contento con sus piernas, trabajadas después de muchas mañanas de carreras por el Campo del Sur y estiramientos en la plaza de Argüelles. Debe pensar que tiene unas piernas bonitas mejoradas con los tatuajes de rigor que impone el protocolo anticapi. No sé si irá de tal desaliño indumentario a dar clase en la Pablo de Olavide pero me malicio que si tal fuera el caso no despertaría el menor respeto entre el alumnado. El Rey y Cherra, en definitiva, se visten por los pies, como decía el Butanito. Lo próximo puede ser un Meyba en plan Fraga en Palomares, qué sabe nadie.

  • Fernando Santiago