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El club de las luchadoras | Amazon Prime Video

Post-feminismo a mamporros

Una imagen de la nueva e hilarante comedia de Emma Seligman.

Una imagen de la nueva e hilarante comedia de Emma Seligman.

A la canadiense Emma Seligman ya le habíamos cogido la matrícula del desparpajo en aquella Shiva Baby rodada con apenas 25 años que demostraba un considerable talento para manejar las riendas de la comedia a propósito de una atribulada joven judía en el día más ajetreado de su vida. No parece casualidad que en este su segundo largo siga demostrando que, incluso dentro del marco de la desgastada comedia adolescente de instituto, su mirada satírica y su espíritu gamberro sean capaces de renovar y expandir los moldes del relato de iniciación identitario plagado de clichés y estereotipos.

El club de las luchadoras reivindica a las feas y las marginadas de la clase, lesbianas, terroristas o negras para más señas, en un hilarante combate cuerpo a cuerpo contra la vieja y patética masculinidad pero también contra ese nuevo feminismo de postureo en un instituto salido de un cómic underground donde los profesores ojean revistas porno en clase y un improvisado club de la lucha femenino se convierte en la excusa para ligarse a las cheerleaders más tontas y atractivas.

También co-guionista, Rachel Sennott repite en un papel arrollador junto a Ayo Edebiri, pareja carismática en torno a la que Seligman construye su heterogéneo y poco normativo grupo de luchadoras capaces incluso de vengar a los jugadores de fútbol americano que les han hecho la vida imposible. Festiva y autoconsciente por encima de su innegable discurso político, El club de las luchadoras demuestra la vitalidad de un subgénero capaz de mutar como comentario social de su tiempo y el talento de una joven cineasta que nos dará más tardes de gloria.