Crítica de cine (SEFF 2017)

Fitoussi, o la conciliación de los contrarios

Esta hora mágica puede que sea de lo mejor del año, prueba inequívoca del magisterio de Jean-Charles Fitoussi, uno de los temas pendientes del SEFF, que debería haber entonado el mea culpa hace tiempo y repescado también Je ne suis pas morte. En Vitalium, Valentine! comparece el Fitoussi más lúdico y ligero, cómico y ocurrente, pero encabalgando de nuevo la trama fantástica de interrupción y resurrección (Les jours où je n'existe pas) con la reflexión materialista sobre los poderes específicos del cine, el viaje entre dimensiones, el aleteo de las supervivencias.

Con esta historia en la que comparece el bisnieto del doctor Frankenstein y se habla de ADN memorial, con esta farsa fabulosa de inyecciones y elucubraciones, puede que se haya cerrado un conflicto de décadas, y que Fitoussi pueda con todo rigor empezar a ser visto como la síntesis improbable que equilibre a los aparentes contrarios: la severidad mineral de los Straub con aquella "pasión por el cadáver" con la que Jean Narboni afeara en su día el proceder de Alain Resnais, con quien esta película tanto tiene que ver.

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