Cine

Cine andaluz: éxito y paradojas

Gervasio Iglesias

Peoductor ejecutivo de La Zanfoña Producciones

Podemos afirmar con rotundidad que el año 2012 ha sido el de la consolidación del cine hecho en Andalucía, pero también un año lleno de paradojas. Una serie de títulos dirigidos por andaluces fueron los protagonistas del primer semestre en las pantallas nacionales. Tres películas con gestaciones diferentes, frescas, vibrantes, consiguieron enganchar con el espectador. Por orden de estreno, la primera fue Grupo 7, del director Alberto Rodríguez. Dirigida al mainstream consiguió un notable éxito de público y crítica, algo muy difícil de recibir.

 

Después Carmina o revienta de Paco León, fue el primer experimento exitoso de lanzamiento simultáneo en las diferentes ventanas de explotación. Paco León consiguió estrenar a la vez en salas, Internet y DVD pese a algunas dificultades. Consiguió una película basada en historias reales de su madre que enganchó al público. La popularidad del actor y el debate sobre esta nueva forma de lanzamiento colaboraron para que esta obra llena de humor y poesía se haya convertido en la película con más visionados online legales del cine español.

La tercera gran noticia llegaba de la mano de Mundoficción y Alfonso Sánchez con El Mundo es nuestro. Con un sistema  de producción  combinando crowfunding y cooperativismo, dio la sorpresa en el Festival de Cine Español de Málaga. Sin embargo un lanzamiento convencional hizo temer lo peor para el film. Y ahí vino un punto de giro espectacular e inédito en el cine español hasta la fecha. La película se atrincheró en las salas de Andalucía con una campaña genial que combinó el precio reducido de la entrada a dos euros con la presencia en casi todos los pases del director y actores. Esto hizo que una película que parecía en su estreno relegada al olvido, conectase con el gran público creando una espiral de boca a boca que ha llevado a las salas casi 200.000 espectadores muy satisfechos con esta comedia divertidísima.

Desde Andalucía por tanto contribuimos de forma decisiva a marcar la mejor cuota de mercado del cine español de los últimos 27 años con propuestas novedosas y vanguardistas en producción y distribución.

 

La mejor noticia es que estas producciones no fueron fruto de una aventura quijotesca. Se trataba de la consolidación de una estructura industrial de empresas y profesionales desarrollada con esfuerzo y planificación. Un trabajo firme con lazos más allá de nuestra comunidad (como por ejemplo Grupo 7, coproducción nacional con Atípica, del productor José A. Félez, empresa clave en su apoyo contínuo al cine andaluz). También con socios internacionales (empresas como Maestranza, de Antonio Pérez o Jaleo Films con Álvaro Alonso son buena muestra de ello).

 

Igualmente la producción online marcaba la consolidación de un futuro brillante en nuestra comunidad especialmente a través de la excepcional webserie Malviviendo, seguida por millones de espectadores en todo el mundo. 

 

Pero no todo fueron luces en este año. Las medidas del gobierno central aumentando desmesuradamente el IVA aplicable a la cultura ha causado un descenso en el consumo cultural que ha generado muchas pérdidas de puestos de trabajo. 

 

La gran paradoja se produjo cuando frente a todos estos hechos, un grave conflicto que se venía larvando tiempo atrás estalló a finales de año. Canal Sur había paralizado su inversión obligatoria en cine aplicando además un criterio de aplicación de la Ley General de Comunicación Audiovisual muy restrictivo y perjudicial para el sector audiovisual andaluz, que llevaba tiempo reclamando el cumplimiento de dicha ley. Esta ley emana de una normativa europea que obliga a las televisiones públicas a invertir el 6% de todos sus ingresos en producción cultural.

 

El problema residía en que Canal Sur sólo pretendía computar como ingresos lo que factura por publicidad mientras que el sector (y todos los agentes audiovisuales implicados en el tema) mantenemos que el dinero que recibe de la Junta de Andalucía también debe ser computado. Y esto, entre otras cosas, porque el Plan General Contable de la Junta de Andalucía deja muy claro que la aportación de la Junta, sea como subvención o como transferencia, debe ser declarada como ingreso. Además, este capítulo se recoge como ingreso en las cuentas oficiales de Canal Sur. 

 

Ante el ninguneo que sentía por parte de la dirección de Canal Sur y el incumplimiento de la ley, el sector inició una serie de movilizaciones para reclamar su cumplimiento. La máxima expresión de este movimiento se produjo durante el Festival de Cine Europeo de Sevilla.

Un momento de máxima paradoja fue cuando el Director General, en octubre, reconocía en sede parlamentaria la aportación de la Junta como ingreso pero luego permanecía sin computar el 6% sobre estos ingresos para invertir en producción cultural. El mensaje del sector era claro:"no estamos pidiendo más dinero sino que el dinero que Canal Sur recibe de la Junta se invierta correctamente".

El Gobierno andaluz actuó con diligencia haciéndose cargo de la gravedad del problema. Desde la Consejería de Presidencia y de Cultura se iniciaron acciones contundentes y se conminó a la dirección de Canal Sur a tener en cuenta nuestras reivindicaciones. A día de hoy en el contrato programa firmado entre la Consejería de Presidencia y la RTVA para los próximos tres años se reconoce la obligación de inversión y cumplimiento de la ley por parte de Canal Sur y la emisión de cine andaluz como servicio público. Queda un largo camino por recorrer, siguen las negociaciones. Pero la noticia positiva es que si existe el diálogo habrá soluciones.

 

Es cierto que en los últimos tres años los incentivos a nuestro sector se han reducido en casi un 80%. Pero también lo es que la actitud dialogante y de trabajo continuo con esta Consejería ha conseguido que se busquen fórmulas que ayudan a disminuir algo el terrible impacto de la crisis. Un impacto que se evidencia en que han caído muchas empresas y además muchos de nuestros jóvenes talentos han tenido que emigrar. 

 

Es otra de las grandes paradojas de este año: éxitos y éxodos. Sin embargo, las empresas que permanecen están afianzándose en su trayectoria internacional. 

Porque como otra paradoja más puede contemplarse que en el año de mayores éxitos del cine andaluz, ninguno de estos talentos tiene presencia en la parrilla de progr0amación de Canal Sur, que además acaba de quedar huérfana de su ficción más fidelizada, Arrayán. 

 

Ellos representan la nueva generación del audiovisual andaluz, que continúa el camino empezado años atrás por otros creadores como Bollaín y Távora y sigue construyendo un futuro que esperemos nos traiga más cine, mas éxitos y menos paradojas y éxodos.

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