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Un ‘true crime’ para la familia

  • Disney+ estrena este viernes ‘548 días: Captada por una secta’, una serie documental dirigida por los andaluces Olmo Figueredo y José Ortuño

José Ortuño y Olmo Figueredo, creadores de ‘548 días:Captada por una secta’.

José Ortuño y Olmo Figueredo, creadores de ‘548 días:Captada por una secta’. / Disney +

En 2017, cuando ya había cumplido la mayoría de edad, la joven Patricia Aguilar desapareció de su casa, en Elche. El desconcierto que aturdió a sus padres, en las semanas de incertidumbre que siguieron a la fuga, se acentuó cuando los familiares encontraron material esotérico que indicaba que quizás su hija hubiese acabado en una secta. La realidad reservaba una historia ciertamente delirante: Patricia había huido a Perú, donde la esperaba un hombre con el que llevaba dos años hablando por internet, Steven Manrique, un tipo que se apodaba el Príncipe Gurdjieff y que había elegido a la muchacha para repoblar el mundo después del apocalipsis.

548 días: Captada por una secta, la serie documental de tres capítulos que los andaluces Olmo Figueredo y José Ortuño estrenan este viernes en Disney+, recrea la angustiosa lucha de esos padres para recuperar a su hija. Una historia que aborda "un hecho tristemente habitual", como señalan los cineastas: según las estadísticas, el 1% de la población mundial es víctima directa o indirecta de sectas o de grupos coercitivos. "Eso significa", analiza Figueredo, "que en España hay en torno a unas 400.000 personas afectadas. Todos conocemos al hermano de un amigo, a un primo, o alguien que ha caído bajo la influencia de estos grupos, se haya salido o siga dentro", dice el productor de proyectos como La trinchera infinita, El inconveniente y Secaderos, que intuyó el enorme potencial dramático del caso de Patricia Aguilar. "Sorprendía por tratarse de una captación a escala internacional, de una chica que acaba yéndose a Perú, y su historia era insólita porque tenía un final feliz, incluso luminoso. Un true crime suele acabar mal, con la víctima de los hechos aún desaparecida o bajo tierra, y aquí no ocurría eso".

Mientras investigaban, Figueredo y Ortuño, guionistas y directores de la serie, comprendieron que "hay una secta para cada uno de nosotros. Yo era de los que, antes de empezar con este proyecto, pensaba: A mí esto no me puede pasar", reconoce Ortuño. "Asociamos estos grupos a motivos religiosos, espirituales, pero lo que he visto es que pueden captarte por el deporte, por el cine, por las criptomonedas, por aquello que te guste. Lo que sí es común es que las víctimas atraviesen a un momento de vulnerabilidad, por la pérdida de un trabajo, una ruptura amorosa, la muerte de un familiar… Estos grupos te tienden la mano y te dicen: Ven, que yo te ayudo. Y a continuación te enemistan con el entorno, te insisten en que tu familia no te entiende, pero ellos sí. Cualquiera un poco más sensible, más bajo de ánimos, puede caer en esa trampa".

“Buscamos que la serie y su emisión en Disney ayuden a promover un cambio legislativo"

548 días va más allá de la reconstrucción de los sucesos e indaga en las razones que llevan a una joven a creer en mundos inverosímiles. "Cuando ruedas un documental los personajes tienden a ser cautos a la hora de exponerse", considera Figueredo, "pero aquí no han tenido miedo de mostrar sus secretos, sus remordimientos. Las familias, la española y la peruana, porque aparte de Patricia contamos la peripecia de otra chica peruana, Mayi, hacen un ejercicio de autocrítica brutal y exploran su culpabilidad. Se dan cuenta de que en una etapa muy importante de la vida de sus hijas, la adolescencia, dedicaron mucho tiempo a proveer, a dotar de recursos a los hijos, pero no se preocuparon por ellos más allá de brindarles lo material, falló la comunicación", apuntan los directores. La serie, como les gusta destacar, "es un true crime con final feliz. La familia encuentra a la joven, pero además, y esto es lo bonito, después de todo el proceso, se encuentra también a sí misma".

Además de "alertar a los menores de edad de los peligros de las redes sociales", 548 días quiere concienciar a sus espectadores y promover "un cambio legislativo. La familia está recogiendo firmas para que se incluya dentro del Código Penal la persuasión coercitiva como un delito, para dotar de herramientas a jueces y a cuerpos de seguridad del Estado y que puedan resolver este tipo de casos en menos tiempo. Lo que buscamos es que el altavoz de la serie, también de Disney+, ayude a esto".

Un fotograma de la serie. Un fotograma de la serie.

Un fotograma de la serie. / D. S.

La Claqueta, la productora que Figueredo fundó junto a Manuel H. Martín, tiene pendiente de estreno Mamacruz, una comedia dirigida por la venezolana Patricia Ortega y protagonizada por Kiti Mánver en cuyo guión ha trabajado Ortuño, y que se proyectó en el Festival de Sundance. "Allí se ve lo más granado del cine independiente internacional, y acudimos con nervios, a ver qué opinaba el público. ¿Puede haber un juez más severo? Y la respuesta fue tan positiva, las críticas fueron tan buenas, que resultó emocionantísimo", recuerda Ortuño. "Tanto Mamacruz como 548 días responde a un cambio que dimos en La Claqueta", cuenta Figueredo, por su parte. "A mí me pasó que estando a tope con la producción de La trinchera infinita, de repente, mis dos hijas me acorralan y me dicen: Oye, papá, está muy bien que hagas muchas películas, y que disfrutes haciéndolas, pero piensa también en proyectos para nosotras. 548 días responde a esa demanda que me hacían. Y Mamacruz, aunque sea una película más adulta, sobre una señora mayor que disfruta de su sexualidad, es otra historia sobre mujeres".

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