El olor de la lluvia llenaba las calles de Chiclana a primera hora del Martes Santo, tras una noche de intensas precipitaciones. En principio, las nubes auguraban una jornada fría que podrían poner en peligro las salidas procesionales en el municipio, aunque durante buena parte de la mañana y la tarde el cielo se despejó y el sol se dejó ver, dando motivos para la esperanza.

Eran dos las cofradías que hacían Estación de Penitencia este día: El Amor y Afligidos. Quien lo tenía más complicado para salir a su hora era la primera de ellas. Sin embargo, lo hizo, aunque con la idea de un recorrido más corto, al igual que Afligidos, dadas las previsiones meteorológicas.

A las cinco, se abrieron las puertas en la Parroquia de San Antonio de Fuente Amarga y comenzaron a sonar los sones de la Banda de Cornetas y Tambores de Jesús Rescatado de Villanueva de los Infantes.  Los primeros aplausos de los fieles se hicieron oír con intensidad en cuanto salió el Cristo del Amor, que portaba una túnica de terciopelo morado estrenada en el vía crucis arciprestal el año pasado.

El Amor fue puntual en su cita con Fuente Amarga.

Durante el inicio, en el largo tramo de la carretera de Fuente Amarga, muchos fueron los vecinos que quisieron acompañarlo y muy pronto se escucharon las primeras saetas, a las que siguió una levantá a cargo del pregonero de la Semana Santa 2024, José María Prieto Pastor, que emocionó sobremanera a todos los presentes. Pronto, el cielo se nubló e irrumpió la lluvia y un fuerte viento, que obligó a la cofradía a aligerar el paso y refugiarse en la Iglesia Mayor, momento que fue seguido por una cerrada ovación.

Minutos más tarde, la hermana mayor de la cofradía, Ketama Cubero, anunciaba la decisión de la junta de gobierno de regresar a su sede canónica con las imágenes protegidas de la lluvia.

Afligidos

Casi a la par, Afligidos informaba que aplazaba su salida media hora. Y, justo a las 19.30, cuando El Amor abandonada la Iglesia de San Juan Bautista, esta cofradía dejaba atrás la Parroquia de la Santísima Trinidad, iniciando un itinerario que enseguida entraba en carrera oficial. Abría la procesión un centenar de penitentes, así como más de cuarenta mujeres ataviadas con mantilla, una de las imágenes más características de esta hermandad.

Jóvenes del cortejo de la Cofradía de San Telmo.

El imponente y único paso lucía al son de las marchas magistralmente interpretadas por la Banda de la Resurrección de Sanlúcar, ante un público que aguardaba por las principales calles del centro. Este llevaba un crespón negro en memoria de Francisco Velázquez, padre del fiscal, que falleció la madrugada del viernes al sábado y también una nueva insignia blanca y naranja, en consideración a los niños con síndrome de Asperger.

Al cierre de esta información, el misterio del Señor de los Afligidos todavía se encontraba realizando su recorrido, acompañado de numerosos fieles, todos pendientes de las posibilidades de lluvia.