Los colegios José de la Vega y Carmen Sedofeito de Chiclana han estado a punto de dejar de prestar el servicio de comedor escolar al quedarse con una plantilla bajo mínimos. Con varias vacantes por bajas médicas y jubilaciones que no habían sido sustituidas, un cocinero y un auxiliar de cocina se están encargando de preparar la comida para 243 niños y niñas.

Las limitaciones de la plantilla han llevado al equipo directivo a plantear la posible suspensión del servicio durante esta semana, lo que ha promovido la movilización de las familias de ambos centros. Las quejas de las madres y padres han llegado a los servicios de la Junta, que se ha comprometido a contratar un profesional más con el objetivo de reforzar la plantilla.

El equipo directivo había trasladado varias reclamaciones a Educación advirtiendo de que, ante la falta de personal, se corría el riesgo de tener que cerrar la cocina. Según explican, el centro debería tener al menos cinco personas trabajando en la cocina, aunque de momento se han mostrado satisfechos con el compromiso de la Junta, que se ha mostrado abierta a estudiar otras peticiones.

No es la primera vez que desde estos centros trasladan la necesidad de desdoblar el servicio del comedor escolar, que atiende en el José de la Vega al alumnado de este colegio y del vecino, el Carmen Sedofeito. Contar con un solo comedor para el alumnado de ambos centros educativos provoca que muchas personas se queden listas de espera. Según explican, es un problema que se arrastra desde hace más de una década y que ahora, con las bajas médicas, vuelve a ponerse en evidencia.

"La falta de personal de administración y servicios lo sufren todos los centros educativos de la provincia, donde hay 111 plazas sin cubrir", denuncian desde el sindicato CSIF.