Pese a la amenaza constante de la lluvia, que fue incrementándose conforme se fue acercando la noche, miles de niños y sus familias se echaron ayer a las calles de la ciudad para disfrutar de la Gran Cabalgata de la Ilusión y, sobre todo, trasladar a Sus Majestades los Reyes Magos de Oriente sus deseos para la noche mágica que estaba por llegar.

Encabezada por un escuadrón de romanos que, lanzas en mano, fue abriendo paso entre un gentío que, desde la salida de la Caseta Municipal, fue a más, la Gran Cabalgata de la Ilusión se 'presentó' con tres trenecitos ocupados por un gran número de pequeños.

Una presencia que, sin lugar a dudas, centró la atención de los más pequeños, siendo especialmente celebrado el tránsito del vehículo metropolitano de Los Toruños, que mostraba en sus vagones una destacada presencia de aves y demás elementos representativos de las actividades que en dicho parque se pueden desarrollar.

Tras esta avanzadilla móvil que, por su número, parecía querer anunciar la próxima llegada del tranvía a la ciudad,, comenzaron a desfilar las carrozas de los más pequeños, ambientadas cada una de ellas en personajes animados y televisivos.

Así, la Estrella de Oriente contó con el animado acompañamiento de juguetes tradicionales, con la destacada presencia de unos soldaditos de plomo.

Del mismo modo, unos caracoles escoltaron a la Chiclanera Mayor, mientras que la Infantil destacó en una carroza con cuatro grandes columnas y una animación del mundo de Hércules.

No faltó a este desfile el Cartero Real, al que le tocó hacer doblete por las calles de la ciudad para, en un último intento, recoger los deseos de los más pequeños.

No obstante, las gargantas de los niños se agitaron de forma muy especial con la llegada, esperada como pocas, de Sus Majestades los Reyes Magos de Oriente.

Rodeados de un elevado número de pequeños pajes, Melchor, Gaspar y Baltasar no escatimaron esfuerzos para contentar con una sonrisa, un saludo y alguna que otra frase a unos niños que no dudaron en mostrar sus predilecciones por uno u otro.

Como en toda Cabalgata que se precie tampoco faltaron los pequeños que, más que celebrar, se asustaron con tanto ruido y algún que otro caramelo que les impactó.

Pokemon, una gran Flor de Pascua y la recreación de un pequeño Belén repleto de pastorcillo fueron otros de los elementos que adornaron y ambientaron una Cabalgata de la Ilusión que, poco a poco, y con el delegado de Fiestas, José Luis Aragón Panés, atento al cielo, fue completando un recorrido que le llevó por Antonio Pizano, Calderón de la Barca, Ortega y Gasset, Sor Ángela de la Cruz, Hoyo Membrillo, San Cayetano, Ancha, Plaza Andalucía, Puente Nuestra Señora de los Remedios, Alameda del Río, La Plaza, Mendaro, Plaza del Retortillo, Jesús Nazareno, Hormaza, Bailén, Plaza Santo Cristo, Botica, San José y Plaza Mayor.

Llegados a este punto, el alcalde de la ciudad, José María Román, saludó a sus Majestades y le hizo entrega de todas y cada una de las llaves de las casas de la ciudad, en las que esta mañana, gracias en gran medida a la solidaridad de los chiclaneros y la gran labor realizada por la Asociación de Reyes Magos, no faltarán juguetes para quienes siempre confían en la magia de Sus Majestades de Oriente.

Apuntar, por último, que Melchor, Gaspar y Baltasar repartieron un sinfín de balones. Al cierre de esta edición, las calles iban quedando desiertas de unos niños ansiosos por lo mucho y bueno que estaba por llegar.