Pacto por Sancti Petri

Fue un momento histórico, un instante esperado durante largo tiempo por cañaíllas y chiclaneros. Lejos de la histórica rivalidad existente entre ambos municipios a cuenta de la pertenencia a uno u otro término del islote y del Castillo de Sancti Petri, ambos alcaldes -el de La Isla y el de Chiclana, Manuel de Bernardo y José María Román- se saludaron ayer con un cálido apretón de manos al encontrarse a los pies del antiguo templo y baluarte defensivo.

Hasta allí los llevó la Cadena Ser para su magazine matinal Hoy por Hoy, que retransmitió en directo desde el islote, donde hace apenas unas semanas Costas ha comenzado los primeros trabajos para la recuperación del Castillo. El programa contó con la presencia de los dos regidores vecinos, una ocasión sin duda histórica: por primera vez ambos alcaldes se veían las caras en el pequeño islote que las dos ciudades se han disputado durante años, una rivalidad que ha llegado incluso a los planes de ordenación y a los juzgados. Unos cuentan con fundamentadas razones para argumentar que el castillo está en su término municipal y otros, tan cerca lo han visto siempre, que lo sienten como suyo.

Pero el encuentro entre ambos regidores en el Castillo de Sancti Petri tuvo una connotación especial. Su abrazo, el apretón de manos, las palabras de afecto que uno y otro se profesaron durante las horas que allí compartieron -fueran o no verdaderas- sirvieron para olvidar viejas rencillas, para enterrar el hacha de guerra y para mirar -los dos juntos y unidos- hacia el futuro del Castillo de Sancti Petri, una vez que por fin Costas va a poner freno a su galopante deterioro con las obras de consolidación de la fortaleza.

Y ese acuerdo -el pacto de Sancti Petri- se rubricó con el flamenco de Rancapino y con el intercambio de productos gastronómicos a degustar. La Isla puso -cómo no- las cañaíllas. Y Chiclana, los chicharrones y la butifarra. Y, por supuesto, el Fino Chiclanero.

¿Y de quién es el Castillo?. "El Castillo es de todos, de San Fernando, de Chiclana, de Cádiz y de la Humanidad, porque es patrimonio de todos", dijo De Bernardo. "De los soñadores -puntualizó Román- el Castillo es de todos los que amamos la historia, el misterio, la intriga, de todos aquellos queremos ser embrujados por su magia".

Ninguno de ellos quiso entrar en la polémica. Es más, rehuyeron el tema. Porque lo que ahora interesa -y en eso coincidieron los dos alcaldes- es que la fortaleza que se levanta sobre el antiguo templo de Melkart y que ha sido seña de identidad para ambos pueblos se recupere y pueda ser visitada, pueda ser disfrutada.

Eso es lo que pretende ahora Costas con los trabajos que acaba de iniciar en el emblemático islote. Las obras, como ayer dejaron bien claro sus responsables técnicos, tienen una prioridad: evitar que el castillo de caiga. Para lo que, desde luego, falta muy poco. La intervención que acaba de comenzar no será pues una rehabilitación integral sino más bien una consolidación del edificio existente.

En su uso también coincidieron los regidores isleño y chiclanero. Ambos apostaron por hacerlo visitable, pero también por rehuir de las masivas afluencias de visitantes, de turistas. El Castillo tiene que ser un atractivo y un referente turístico, pero no explotarse turísticamente, dijeron. Román lo resumió en pocas palabras: "El Castillo de Sancti Petri tiene que seguir manteniendo su misterio cuando las obras estén terminadas", dijo.

También se mostraron de acuerdo al exponer una realidad más que evidente: ninguno de los ayuntamientos -ni los dos en conjunto- dispone de recursos para gestionar el Castillo cuando las obras estén terminadas. Es necesaria la colaboración -y la implicación- de otras administraciones que garanticen su correcta conservación y también su uso y disfrute por parte de los ciudadanos. De Bernardo retomó el hilo de la antigua propuesta de la Fundación Melkart para poner sobre la mesa la idea de que todas las administraciones deben estar implicadas en el reto. Román apostó por el Parque Natural, por la gestión de la Delegación Provincial de Medio Ambiente.

En resumen, fue una jornada en la que ambos ediles sabían de su transcendencia. Y es que por vez primera desembarcan en el Castillo de Sancti Petri dos alcaldes: el de San Fernando y el de Chiclana.